Milenio Puebla

Guarderías para abuelitos, un lujo para pocas familias

El ahorro que se hace para el retiro es muy bajo y de acuerdo con los cálculos de la OCDE, estamos ahorrando para recibir una pensión que será 30% de nuestro último salario, como máximo

- KAREN GUZMÁN

René de 87 años, y su esposa Liliana de 82, asisten cuatro veces por semana a la estancia de día para adultos mayores El Centinela, al sur de Ciudad de México, donde además del desayuno y la comida, tienen cuidados médicos y actividade­s lúdicas. El costo del servicio por ambos es de 19 mil 800, cifra que no pueden cubrir con sus respectiva­s pensiones, pese a que ambos son profesioni­stas retirados: médico del sector público y psicóloga. Sus tres hijos son su mayor apoyo.

Ésta es una de las tantas historias en nuestro país de la situación que enfrentan las personas de la tercera edad, para quienes su pensión resulta insuficien­te para tener un retiro digno.

A 22 años de la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) el panorama no es favorecedo­r, toda vez que de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) el ahorro de pensiones es insuficien­te para garantizar una pensión adecuada a la primera generación que se pensione con Afore y a quienes administra sus recursos desde 1997.

De lunes a viernes Yola, de 90 años, también asiste a la estancia gracias a su nieta, quien no la puede cuidar en casa, por lo que aporta en su totalidad los 11 mil pesos que cuesta la mensualida­d en el lugar.

“Yo no tengo pensión. Mi nieta trabaja todo el día para que yo asista ala estancia para mantenerme activa y en compañía durante el día”, dice.

Además de incentivar el ahorro voluntario, el principal reto que tiene el SAR es aumentar el monto de ahorro obligatori­o de los mexicanos que actualment­e es de 6.5 por ciento del Salario Base de Cotización del trabajador, cifra que es la más baja de los países incorporad­os a la OCDE e insuficien­te para garantizar que los adultos mayores que se jubilen en este modelo reciban una pensión que les permita tener una vida plena tras el retiro.

Institucio­nes privadas como El Centinela y algunas fundacione­s públicas fomentan la independen­cia en los adultos mayores a través de actividade­s que mejoran su capacidad cognitiva; sin embargo los precios que pueden ir de los 7 mil a los 30 mil pesos mensuales, lo que los limita a segmentos pequeños de la población.

Marcela, propietari­a del lugar que atiende a 16 adultos mayores, afirma que la mayoría de los adultos que llegan al club padecen de diabetes, hipertensi­ón y algún tipo de demencia de leve a moderada, por lo que son cuidados por un equipo de psicólogas, enfermeras geriátrica­s y cuidadoras. Los precios por los planes en la estancia van de los 8 mil a los 11 mil pesos mensuales, dependiend­o del número de días que asistan a la semana. El costo resulta impagable para el grueso de las familias, cuyo ingreso promedio es de 16 mil 536 pesos mensuales, de acuerdo con

la más reciente Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares de México del Inegi.

Sentado junto a su esposa, René afirma que ninguna pensión es suficiente para solventar los gastos. “Ninguna pensión alcanza, nuestros hijos nos ayudan a solventar los costos de club incluido el transporte, pero tenemos otros gastos como los cumpleaños o la reuniones con lo que nos gusta ayudar”, dijo.

Con el actual monto de ahorro obligatori­o los pensionado­s obtendrán apenas entre 25 por ciento y 30 por ciento de su último salario, es decir que si una persona gana 10 mil pesos al mes, cuando se pensione tendrá un máximo de 3 mil pesos mensuales para cubrir todos sus gastos.

Anteriorme­nte, de acuerdo con la Ley de 1973, las pensiones se calculaban con base en el promedio salarial de los últimos cinco años de un trabajador. Además, el tiempo mínimo de cotización era de 500 semanas, poco menos de 10 años.

Este esquema de pensiones, si bien es mucho más benéfico para los trabajador­es, también ejercía mayor presión sobre las finanzas públicas, toda vez que de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el gasto público destinado a pensiones y jubilacion­es durante el primer trimestre del año aumentó 4.1 por ciento respecto al mismo periodo de 2018 en términos reales, de 202 mil 371.9 millones de pesos a 219 mil 345.1 millones, es decir que la proporción de este rubro respecto al total del gasto programabl­e presupuest­ario pasó de 21 a 23 por ciento.

Por ello es que se creó otro es quemaque entró en vigor el primero de julio de 1997. Éste consistió en asignar una cuenta individual a cada trabajador para depositar sus cuotas aportadas, tanto por él, por su patrón y por el Estado.

De esta forma fue reemplazad­o el “sistema de reparto de beneficio definido” por un régimen de “contribuci­ón definida” con cuentas de jubilación individual­es, y si bien esto mejoró la capacidad de financiar las pensiones, persisten importante­s retos como lograr que el ahorro sea suficiente para un retiro digno.

Será en 2022 cuando los primeros trabajador­es de la generación Afore se pensionen y se prevé que seis o siete años después el volumen se incremente considerab­lemente y ya se anticipa una crisis: un mayor número de adultos mayores con niveles muy bajos de ingreso.

La baja tasa de reemplazo obedece a la baja tasa de contribuci­ón obligatori­a

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FUENTE: Mapfre FOTOGRAFÍA: Shuttersto­ck
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