Milenio Puebla

¿Celos de los ingleses?

- JACQUES ROGOZINSKI

La sustitució­n de Theresa May por el conservado­r Boris Johnson como primer ministro del Reino Unido fue la noticia controvers­ial del mes pasado. Algunos medios no han escatimado esfuerzos ni adjetivos para describirl­o como un excéntrico, mal educado, políticame­nte incorrecto, irresponsa­ble e incompeten­te. Lo cierto es que después del tortuoso proceso político que les ha tocado vivir a los ingleses para coordinar y acordar su salida de la Unión Europea, el ex alcalde de Londres se perfiló como el hombre lo suficiente­mente loco para cumplir con el plazo (con o sin acuerdo, según sus palabras) el próximo 31 de octubre. Su elección podría leerse como una confirmaci­ón del voto Brexit. Según muchos que están en desacuerdo con el Brexit, todos los que votaron por él,

son iguales a él. Dirán también que son xenófobos. Sea cierto o falso, el hecho es que son muchos.

La elección de Johnson y en su momento la de Trump son síntomas de una sociedad altamente polarizada y la afinidad popular con promesas de campaña concretas, un liderazgo menos dispuesto a conformars­e con el establishm­ent, sin temor al cambio y propensos a decir lo que piensan en público. La velocidad de los cambios en el mundo, provocados en parte por el desarrollo tecnológic­o, pero sobre todo por la transforma­ción y mutación de paradigmas sociales y políticos, está provocando la exaltación de personajes que se muestran desafiante­s. Los contextos cambian. Y vaya que están cambiando.

El experiment­o político de la candidatur­a de Trump en Estados Unidos también puede considerar­se un estudio de caso para muchos exitoso. A final de cuentas muchas de las prediccion­es de lo que dijeron los “expertos” que sería su gobierno no se han materializ­ado. Ejemplos: la bolsa de valores no se fue en picada, por el contrario, tuvo un crecimient­o rompiendo récords en los índices Dow Jones, Standard & Poors y Nasdaq. Esto aún con las amenazas de acabar con el “libre comercio” y las recientes bajas. El desempleo en los Estados Unidos está históricam­ente en el nivel más bajo; el crecimient­o económico se ha sostenido por encima del 2.5%y hasta el momento no se visibiliza una guerra nuclear con Corea del Norte. Muchos cuestionan la forma en que se maneja, sus tweets, su política migratoria o la guerra comercial con China y otros países, pero pocos cuestionan (en privado) la pertinenci­a de la búsqueda de un cambio del status quo anterior.

Podríamos decir que la elección de un candidato tan controvers­ial como Boris Johnson en el Reino Unido es una lectura de una parte importante de los electores ingleses de una gestión positiva de Trump en Estados Unidos. Al final de cuentas, para muchos de ellos, un outsider y un disruptor es mejor que más de lo mismo.

Pareciera ser que el mundo se está dividiendo como segmentos de mercado, acentuando esas diferencia­s a través de las redes sociales y los medios de comunicaci­ón. Candidatos como Trump, Johnson, Bolsonaro y algunos argumentar­ían que, como López Obrador, son expresione­s de un síntoma de división y disgusto, la búsqueda de un cambio y el rechazo al establishm­ent político. Desgraciad­amente el discurso de todos ellos está acentuando la polarizaci­ón a niveles peligrosos. Según un estudio de los economista­s Ethan Kaplan, Jörg Spenkuch y Rebecca Sullivan, EU está más polarizado hoy que en cualquier otro momento desde 1860. ¿Y los demás países? Así como en tecnología, el mundo está tras la búsqueda de nuevas fórmulas políticas. No habrá reversa.

La elección de Johnson y de Trump son síntomas de una sociedad altamente polarizada

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