Tan sencillo que es decir la verdad
Me sorprende y preocupa la falta de protocolos que imperan en el futbol mexicano para comunicar y procesar asuntos delicados como el presumible caso de dopaje del jugador Víctor Guzmán, transferido hace algunas semanas del Pachuca a las Chivas del Guadalajara.
Si todo funcionara como es debido esta historia tendría que haberse contado de forma mucho más simple a como se nos ha presentado.
Tan sencillo como que la Federación Mexicana de Futbol, a través de su vocería o por medio de su Comisión Disciplinaria anunciara que la primera prueba de un examen antidopaje, practicado en determinada fecha del torneo anterior, arrojó positivo.
Esto no tendría por qué haber sido presentado como una exclusiva de ningún medio, en este caso, el primero al que decidió tomar le una llamada el presidente del aLigaMx,Enri que Bonilla ... tampoco debió haberse dado pie a ningún tiempo de desconcierto, en el que lo único que se dufundió es que no se sabe qué debe ocurrir.
Eso de que solo el jugador sabe qué tipo de sustancia ilegal presumiblemente consumió no es así, o no ha sido así en otros casos de dopaje positivo ubicados en el mismo futbol mexicano.
Qué procede con una transacción como la de Guzmán, evidentemente queda condicionada a los resultados finales, una vez que se abra los resultados de la segunda muestra... si el jugador cometió esta falta perteneciendo al Pachuca pues las Chivas están en todo su derecho de anular la operación sin afectación alguna. Pero esto, pese a lo obvio, tampoco se transmitió de forma certera.
Vuelvo al origen de esta historia. Terribles las horas del sábado y domingo pasados, cargadas de sospechosimos, de especulaciones, de versiones medrosas. Todo es muy sencillo caray cuando se asume que la tarea más efectiva y generosa es informar con transparencia y con un sentido frontal. Nomás no se aprende esta breve y sabia lección en el futbol mexicano.
Las Chivas están en todo su derecho de anular la operación sin afectación alguna