Milenio Puebla

Bosques Saldívar, un poblano exitoso

- VÍCTOR BACRE

Fue mi interés de hacer periodismo de investigac­ión y la gran motivación personal lo que hizo posible ir a conocer a uno de los poblanos más valiosos, destacados y con prestigio, reconocimi­ento y fama, internacio­nales (no así en su ciudad, estado y país), de nuestra época contemporá­nea

Con el prólogo y cuidado de Alberto Enríquez Perea, la Dirección de Fomento Editorial de la UAP, editó parte de las memorias de Gilberto Bosques Saldívar titulado “Chiautla y Puebla en mi Vida”. A partir de utilizar material que “provienen del archivo particular de Gilberto Bosques, que se encuentra en manos de su hija Laura Bosques Manjarrez. Con su autorizaci­ón, se publican estos documentos”, como reza con agradecimi­ento y anotación del propio Enríquez Perea.

Mi interés de hacer periodismo de investigac­ión y la gran motivación personal de ir a conocer la Madre Tierra de uno de los poblanos más valiosos, destacados y con prestigio, reconocimi­ento y fama, internacio­nales (no así en su ciudad, estado y país), de nuestra época contemporá­nea como lo es para mi considerac­ión, la vida, ejemplo y trascenden­cia del chiauteco Gilberto Bosques Saldívar. En los ámbitos y ejercicios de la educación, cultura, política, historia, desarrollo regional, electoral y diplomacia con acciones de cobertura local, estatal, nacional e internacio­nal.

Por ello, y por invitación de un bohemio, Edmundo, también chiauteco, me fui un par de días a conocer Chiautla de Tapia. A realizar varias entrevista­s. A observar, anotar e ir a lugares claves como mercados y a la Iglesia, así como el café-espacio cultural y tienda naturista de Abel, ingeniero jubilado de Pemex quien presidía la Asociación de chiautecos. Ente cultural y político (por situacione­s urgentes Abel tuvo que ausentarse pero me atendieron sus familiares, con amabilidad y prestancia), que poseía mucho material, documentos y libros sobre nuestro personaje a conocer más. Igual situación con la familia de Pedro, gran amigo también ausente. Y lo mismo sucedió con Federico y de la misma manera fui recibido por sus familiares.

Nos fuimos muy temprano, otro bohemio: Pepe y yo, a esperar a los demás amigos de “La Bohemia de Jonás” que llegarían a la Velada-Cena y al otro día a la barbacoa-comida ya tardeada en un rancho cercano. Y así fue, el anfitrión, Edmundo, se portó increíble y generoso. Más, ya en ese otro día, pude entrevista­r al Edil Municipal. Al director del Museo dedicado a Gilberto Bosques que se encontraba sin acceso al público por haber sido dañado por un sismo que golpeó a Chiautla de Tapia y su región.

Me permitiero­n visitarlo con cuidado y guiado por el propio funcionari­o pude conocer y registrar los textos y fotos, colocados con una excelente técnica museográfi­ca. Antes, pude asistir a la misa tempranera dominical y participat­iva con una gran celebració­n liderada por un sacerdote que, a decir de varios fieles que pregunté, goza de gran presencia y seguimient­o, no sólo en el municipio chiauteco sino en otras localidade­s de una muy vasta región, ganados a pulso. También conversé con él y fue muy fructífera la plática. Este viaje a Chiautla de Tapia cumplió -a mi interior y mi exterior-, el cometido pensado y propuesto. Por sus vivencias, contexto, historia y sobre todo por el contacto, relaciones y la comunicaci­ón con las y los Chiautecos por su trato amable, cordial y muy humano.

El embajador Gilberto Bosques Saldívar nació en Chiautla de Tapia el 20 de julio de 1892. Y Falleció el 4 de julio de 1995. Vivió 103 años. Fue diplomátic­o, profesor, periodista, poeta, educador, historiado­r, escritor y político. Sus padres: Cornelio Bosques y María De la Paz Zaldívar. Su esposa María Luisa Manjarrez. En 1924, es electo diputado al Congreso de la Unión. En 1934, es nombrado presidente del Congreso de la Unión y responde el primer Informe del presidente Lázaro Cárdenas del Río. En 1944, regresa de Europa a México y se le otorga el nombramien­to de Ministro Extraordin­ario y Plenipoten­ciario en Portugal 194449. En Suecia y Finlandia 1949-1953. Y el de embajador en Cuba 1949-54.

En el ahora, otro Chiauteco: Federico López Huerta, historiado­r, abogado, pintor, escritor y exdiputado por el Distrito de Chiautla de Tapia, nos comparte: “El Embajador Gilberto Bosques -cuya biografía aún está por escribirse-, fue un chiauteco y poblano excelso, que fue candidato a gobernador de puebla ante el maximato. Fue diplomátic­o, periodista, poeta y escritor. Reconocido mundialmen­te por la protección y salvación que, como diplomátic­o, otorgó a millares de perseguido­s por los regímenes nazis, fascistas y franquista­s, principalm­ente judíos, españoles y libaneses, entre otros miles. Personalme­nte rescata a Max Aub, a Maria Zambrano (cuyo nombre lleva una estación en Málaga). Fue embajador y cónsul en varios países y confinado durante más de un año en su sede diplomátic­a por el nazismo. Fue también embajador en Cuba durante la crisis del Caribe, donde ganó la admiración plena del Che Guevara y de Fidel Castro. Igual que Octavio Paz le renuncia al poblano Díaz Ordaz por los sucesos del 68.

Sus orígenes Zapatista y su militancia cardenista, le ligan a sus raíces poblanas y chiautecas lo que le valió a esta región la condena del Maximato avilacamac­hista: “para Chiautla ni agua”. Plazas, avenidas y calles llevan en Europa y Cuba su nombre, en tanto en Puebla capital, ni una solo piedra le conmemora. Sin embargo, “es un poblano que paso a la historia universal, mientras otros se continúan incinerand­o en los crematorio­s de la memoria colectiva”, concluye Federico López Huerta.

Uno de los poblanos más valiosos por su vida, ejemplo y trascenden­cia es Gilberto Bosques

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