Al día ocurre un suicidio y 18 intentos; se requiere una pedagogía de prevención
Estudio Ibero. Algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de conductas autolesivas
En el estado de Puebla, en promedio, se registra un suicidio por día; sin embargo, por cada muerte que se presenta, al menos, ocurrieron 18 intentos entre la población. Ante el problema, se requiere una pedagogía de la prevención.
De acuerdo con un análisis guiado por Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana Puebla, algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de conductas autolesivas: personalidad hermética, temperamento impulsivo y estilos poco sanos de afrontamiento de la realidad.
En contraste, factores de protección como la cohesión familiar, la personalidad flexible y el afrontamiento de adversidades con inteligencia contribuyen a minimizar las intenciones suicidas entre las personas.
Hernández Cervantes explicó que la mejor opción para frenar un intento de suicidio es la psicoterapia y la medicación, pero ambas posibilidades enfrentan retos como la falta de acceso a atención especializada y la satanización de los tratamientos farmacológicos.
“El antidepresivo no te va a hacer sentir bien. Tiene como función principal que no te sigas hundiendo en la depresión”, destacó el especialista.
Ante los casos de suicidio, más de 90 por ciento de las personas presentaban señales de alerta como despedidas, hablar sobre un plan, regalar las posesiones, entre otras. El problema es que estas manifestaciones suelen recibir respuestas censoras en forma de frases como “quien quiere matarse no lo dice”.
La mejor opción para frenar un intento de suicidio es la psicoterapia
Una primera realidad sobre el suicidio es que no existe una razón determinante para que una persona decida quitarse la vida y las posturas epidemiológicas aseguran que este acto no es un trastorno que pueda diagnosticarse; por lo tanto, ocurre tras la configuración de una serie de eventos vitales.
El análisis revela que la decisión de quitarse la vida es uno de los mayores tabúes que existen; además, se constató desde las primeras indagatorias que existe muy poca información profesional sobre el tema, especialmente en cuestiones de prevención. En este contexto, los algoritmos de las redes sociales tampoco ayudan a prevenir el suicidio porque están programados para censurar cualquier contenido relacionado con autolesiones.