TRASCENDIÓ
Que
el Ejército mexicano que encabeza Luis Cresencio Sandoval tiene en la mira a custodios y autoridades del Centro de Readaptación Social 3 de Ciudad Juárez por su posible colusión en la trifulca del jueves que derivó en tiroteos y quemas de negocios. Los reportes de inteligencia señalan que los encargados de la seguridad del penal no dejaban pasar a las fuerzas armadas e incluso les pidieron que se retiraran “para que se calmaran las cosas”. Por lo pronto, la ciudad fronteriza amaneció encerrada, sin vuelos de algunas aerolíneas y con suspensión hasta del futbol.
Que
el ejemplo cunde y a los sucesos del martes en Jalisco y varios municipios de Guanajuato han seguido disturbios en Ciudad Juárez y anoche en las tres ciudades más importantes de Baja California: Tijuana, Mexicali y Ensenada, además de reincidencia del crimen organizado en Celaya y sus alrededores con persecuciones, tiroteos, bloqueos y quema de negocios. Por lo pronto, AMLO prepara la transferencia de la Guardia Nacional a Sedena y anunció su intención de que soldados y marinos continúen con labores de seguridad pública en las calles después de marzo de 2024.
Que
los jóvenes Miguel, Carlos y Víctor vestían tipo militar con botas y casco, portaban chalecos antibalas con las siglas del Cártel Jalisco Nueva Generación y estaban armados. En la parte trasera de su camioneta llevaban una bolsa verde con estrellas metálicas, conocidas como ponchallantas. Fueron acorralados por la policía de Celaya el martes pasado y autoridades encargadas de la investigación, sin embargo, confirmaron que no tenían antecedentes delictivos en Guanajuato ni órdenes de aprehensión, por lo que se cree que ingresaron al grupo criminal recientemente.
Que
ayer hubo novedades en el evento de desarme en Ciudad de México organizado por Martí Batres Guadarrama, número dos de la Jefatura de Gobierno capitalino, cuando una persona entregó un fusil AR-15 semiautomático, por el cual recibió un pago de 21 mil 600 pesos con el método de “pesos por arma”.