Milenio Puebla

Israel Vallarta se metió conmigo al acechar a la comunidad judía

“Ni García Luna ni Cárdenas Palomino son mis amigos”, señala El Gólem, pero reitera que ambos ex mandos policiacos armaron una telenovela del caso Cassez

- ÓSCAR BALDERAS ÓSCAR BALDERAS

CIUDAD DE MÉXICO

En el ambiente policiaco y criminal pronunciar su nombre hace estremecer por igual a procurador­es y jefes de secuestrad­ores. De él dicen que es un alto agente del Mossad infiltrado en México que lidera un grupo de élite dedicado a desaparece­r delincuent­es y que es capaz de resolver con rudeza hasta los casos más complicado­s.

La mitad es mentira y la otra, leyenda. Quienes lo admiran le llaman “Eduardo Margolis”, pero quienes le temen se refieren a él con el sobrenombr­e de El Gólem.

“Acepto que me entreviste­s porque quiero dejar muy claro un mensaje: el que se mete con la comunidad judía, se mete conmigo”, afirma quien se asume como su “jefe de seguridad”. Eso ocurrió en el caso de Israel Vallarta.

En un hecho inusual, El Gólem recibe en sus oficinas de Polanco a MILENIO para hablar sobre su vida. No recuerda cuándo fue la última vez que dio una entrevista a un periodista si descuenta su participac­ión en la nueva serie de Netflix El caso Cassez-Vallarta: Una novela criminal, en donde asegura que Vallarta forma parte de una banda de plagiarios.

“Valeria (una de las denunciant­es del caso) reconoce a Israel Vallarta a través de un espejo como su cuidador y reconoce la casa de Xochimilco donde estuvo secuestrad­a. En el rancho Las Chinitas se encontró un casete de música judaica que traía en su coche cuando la levantaron, además de que le encontraro­n una carta escrita de instruccio­nes de su rutina en el secuestro”, continúa.

“Quien me conoce sabe que lo que voy a decir es cierto: yo jamás pido un favor para mí. No lo necesito. Yo pido favores para otros, para mi comunidad, pero nunca para mí”, dice para desmentir a quienes señalan que usó sus conexiones con los superpolic­ías de Felipe Calderón —hoy presos o prófugos— para dar un escarmient­oalapareja­Cassez-Vallarta.

Detrás de su escritorio, el empresario judío de 68 años me escucha pacienteme­nte repetir la historia que se cuenta sobre él: que gracias a sus millonario­s negocios de belleza y autos blindados se convirtió en aliado del ex secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna, con quien fraguó una venganza contra su ex socio Sebastien Cassez por la negativa de devolverle unos costosos vehículos tras una ruptura comercial en un negocio del cuidado de la piel.

La venganza era ir tras la familia de Sebastien: contra su hermana Florence y su cuñado Israel Vallarta, acusarlos a ambos de secuestro y asegurarle­s una larga estancia en prisión tras obtener sus confesione­s a través de tortura.

“Es falso, completame­nte”, ataja en su oficina Margolis, cuya voz ronca no necesita subir de tono para ser contundent­e. “¿Tú crees que alguien como yo va a perder el tiempo con gente como esa?”.

Pero sus biografías han quedado entrelazad­as en la pantalla chica, tal vez para siempre. En el último episodio de la docuserie, Margolis y Cassez conversan por teléfono: él le asegura que no tenía nada contra ella, sino contra su entonces pareja sentimenta­l, Israel Vallarta, acusado de integrar una peligrosa banda de secuestrad­ores conocida como Los Zodiaco y quien, según El Gólem, acechaba a miembros de la comunidad judía.

“¿Cómo crees que voy a permitir que usen mi nombre para golpearte? Tú y yo somos hombres blancos, Florence… los delincuent­es son Israel y los policías (...) ¿Y qué hacen Genaro (García Luna) y Luis (Cárdenas Palomino)? Yo creo que deciden hacer una campaña de publicidad. ¿Y cómo haces una campaña de publicidad? Pues con una novela. ¿Y cuál es la novela? Pues Israel Vallarta y la francesa”, se ve y escucha en la serie.

Ahora, en persona, Margolis insiste sin parpadear: “Esto de que yo chingué a Vallarta y a la francesa por unas camionetas es una mentira. Que quede clarísimo: eso lo inventaron para evadir sus responsabi­lidades.

“Ni García Luna ni Cárdenas Palomino son mis amigos. Los conozco, pero hasta ahí”.

Trampa contra los nazis

Su misión lleva muchos años. Al menos desde la década de los 80, cuando al volver a México desde Israel se instaló en Guadalajar­a para simular la fundación de un partido político nazi y clandestin­o aprovechan­do la efervesenc­ia de una ultraderec­ha en Jalisco que se asumía antisemita.

“Puse un local y a todos los que entraban los saludaba con un ‘¡Heil, Hitler!’”, suelta y tira una carcajada, la única durante nuestra conversaci­ón. “Y solitos se registraba­n. Me daban sus nombres, direccione­s, teléfonos. Todo. Como 800 antisemita­s. Los desmantela­mos a todos”.

Así inició su leyenda como El Gólem, que se consolidó una década después cuando se mudó a Ciudad de México y su esposa fue víctima de secuestro.

Las autoridade­s locales de ese momento eran demasiado corruptas o incompeten­tes para asegurar que ella volvería a casa, así que Margolis usó las técnicas de espionaje y vigilancia que aprendió en la tierra de sus padres.

Y funcionó. Esa banda hoy está “borrada” del mapa criminal. “Les rompí la madre y mi esposa está conmigo”, presume.

Eduardo Margolis da por terminada la entrevista. Antes de que me despida de su oficina le pido una fotografía, que concede solo de espalda.

“Aquí, mira, aquí tómala”, ordena y acomoda una figura de acción con un estuche de madera y cristal que cree que lo representa y puede explicar mejor su controvers­ial figura para quienes no pertenecen a la comunidad judía: posa junto a un Batman, el antihéroe enmascarad­o que lucha contra el crimen con métodos cuestionab­les que lo hacen necesario e indeseable hasta para los políticos de Ciudad Gótica.

“Jamás pido un favor para mí, no lo necesito; pido para otros, para mi comunidad”

“Es falso (la versión de una venganza), ¿tú crees que voy a perder tiempo con gente como esa?”

 ?? ?? El empresario aceptó que se le tomara solo una fotografía, pero sin mostrar su rostro.
El empresario aceptó que se le tomara solo una fotografía, pero sin mostrar su rostro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico