Una nueva verdad histórica
Comunicaciones intervenidas de Guerreros Unidos en EU, 50 videos del Centro Nacional de Inteligencia, grabaciones de sobrevuelos de la Marina, 17 mil 20 audios de la Guardia Nacional, 17 mil 60 documentos de inteligencia militar y entrevistas a 115 convictos, victimarios civiles y ex funcionarios, son algunas de las fuentes acumuladas estos años por la Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj).
Más allá de conferencias de prensa, debates politiqueros y guerra de declaraciones públicas, el informe dado a conocer por la instancia federal devela nuevas preguntas importantes al documentarse hechos que no estaban confirmados de manera oficial o que simple y sencillamente no eran de conocimiento público.
Si bien aún quedan dudas acerca de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero —en especial el nivel de participación militar—, este documento da hasta ahora la impresión de ser un avance en el esclarecimiento de la tragedia de los 43 normalistas.
En medio de fallas y contradicciones del actual gobierno federal, la labor de Alejandro Encinas como subsecretario de Gobernación y titular de este organismo se percibe seria y comprometida, no solo con el encargo presidencial, sino también con la problemática que le toca encarar.
Sin embargo, tras leer la versión difundida hasta ahora del informe y sus
Una puerta se está abriendo lentamente alrededor de Ayotzinapa
anexos, no puede hablarse del surgimiento de una nueva verdad histórica; lo que sí resulta evidente es que la que se había establecido en el gobierno anterior estaba “torturada” y, sobre todo, incompleta.
La nueva verdad histórica aún está en construcción. Es importante que se desclasifiquen los fragmentos testados del informe para examinar completa la investigación de Encinas y su equipo (mejor conocido en los bajos mundos oficiales como la ONG de Bucareli).
También debería ser factible que el conocimiento masivo de este documento (http://www.comisionayotzinapa.segob.gob.mx) motive a otros involucrados en los sucesos a dar su testimonio y ofrecer evidencias que ayuden a terminar de entender lo que sucedió en realidad.
Una puerta se está abriendo lentamente alrededor de Ayotzinapa. Hay que buscar que no se cierre y se abra por completo para que de una vez por todas conozcamos la verdad.