Morena, priismo rejuvenecido para otros 80 años
El decano del panismo poblano, Francisco Fraile García, advertía en una reciente entrevista con MILENIO Puebla, que el PRI venía más cerca de Morena que del PAN, al referirse a la alianza para 2024.
Militante de Acción Nacional sin ambivalencias ni dobles discursos, a Fraile García, la actitud del dirigente nacional del PRI, Alejandro Alito Moreno,
le da la razón al alinearse con el Presidente.
El ex senador albiazul y ex candidato a la gubernatura no se equivocó al ubicar la tendencia de los priistas de aliarse con Morena, o estar más cómodos con Morena.
Y sí, basta con revisar el comportamiento de los priistas en los estados, porque éstos le han dado el triunfo a Morena, porque los hacen sus candidatos a las gubernaturas, alcaldías o diputaciones.
Las cámaras Alta y Baja del Congreso de la Unión, por ejemplo, están presididas por priistas de corazón como Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, pupilos por cierto de Mario Marín Torres, y éste junto con Nacho Mier, hechura de Manuel Bartlett Díaz.
En estados como Oaxaca, Hidalgo, Sonora, Campeche, Sinaloa, Tlaxcala, entre otros, gobernados por priistas, les entregaron las plazas a Morena sin la menor resistencia, y algunos de ellos han obtenido como “premio” embajadas y consulados.
Con la irrupción de Morena en la Presidencia de la República en 2018, el PRI entró a un proceso de extinción, por efecto de metamorfosis para nutrir las filas partidistas y la burocracia estatal con el gobierno de la Cuarta Transformación.
En los tres órdenes de gobierno, las administraciones morenistas se han nutrido mayoritariamente de priistas que lo mismo son alcaldes, regidores, síndicos, diputados, gobernadores, secretarios de gabinete y operadores políticos de Morena en las secciones electorales, barrios y ejidos.
El chaquetazo de Alito Moreno es el último clavo del ataúd de las siglas del PRI, porque su esencia y naturaleza genética está en Morena; es un priismo que se ha mudado al cambiar solo de piel, porque en esencia es exactamente lo mismo.
Para las elecciones federales y locales de 2024 todo será guinda, y los priistas que faltan por “saltar” a Morena lo harán, porque es el PRI renovado para gobernar otros 80 años.