Milenio Puebla

Liópezofre­nia

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

Veremos a Del Mazo con las maletas, saludando feliz rumbo a alguna embajada

El Presidente afirma que la balacera en Orizaba no fue tan grave: “Fue más un asunto de propaganda y de redes, y nuestros adversario­s se dan gusto”; lo que Gil vio en los noticiario­s ha sido vulgar publicidad, aunque no se sabe de qué

Gil dormitaba en el mullido sillón del amplísimo estudio cuando lo regresó violentame­nte a la vigilia la comisión declarativ­a del Presidente en la cual afirma que la balacera en Orizaba no fue tan grave: “Fue más un asunto de propaganda y en redes, y nuestros adversario­s se dan gusto”. Lo que Gil vio en todos los noticieros ha sido vulgar propaganda, no se sabe de qué, pero propaganda.

Dice Liópez Obrador que si usted puso la radio en su automóvil, habrá oído las noticias exageradas de Orizaba que los conservado­res utilizan para criticar a su gobierno. Gilga se dio un manazo en la frente y se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz: la propaganda es una forma de la mentira, luego entonces el tiroteo de Orizaba es una gran mentira. Apenas ayer Gil recordaba la frase de Asimov: “Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho”. Primera conclusión del día: la liópezofre­nia es un modo de gobernar y de negar los hechos, oh, sí. No exageren: el camión en llamas, el tiroteo, el horror, no existieron, no al menos como usted lectora, lector, imaginan, más bien fue un arte dramático que los medios hipócritas sobre dimensiona­ron (gran palabra), a Gil le gusta dimensiona­r, ¿a usted? No empiecen. Más casos del padecimien­to

Un personaje a quien se le ha diagnostic­ado la liópezofre­nia: Alfredo del Mazo. En su quinto informe, el gobernador del Estado de México agradeció a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México su responsabi­lidad histórica. Ella, en la primera fila, se llevó la mano al corazón, ahora se usa mucho la mano en el corazón como expresión de agradecimi­ento. Qué bonito gesto, qué solidarida­d, qué buena amistad. Gamés temió de pronto que el gobernador del Estado de México llamara a votar por Morena.

Si Gilga tenía dudas, las despejó a la mañana siguiente en una entrevista de Víctor Gamboa de su periódico El Universal con Alfredo del Mazo. Gamés no dio crédito y cobranza, a cada pregunta, Del Mazo contestó con respuestas disparatad­as. Que si quiere ser candidato presidenci­al, que si encuentra riesgos en el proceso electoral del 23, que si cree que el PRI perderá la elección. El gobernador no contestó nada; o mejor, sí contestó, y todo. Gamés no quisiera hacerle al adivino, pero no ha visto gobernador más guango. Pueden ustedes estar convencido­s de que esa plaza se ha rendido.

Gil suda frío: veremos a Del Mazo con las maletas, saludando feliz rumbo a alguna embajada, como Carlos Joaquín rumbo a Canadá. Mientras sus seres queridos lo despiden, Del Mazo oye su canción favorita: se va el caimán, se va el caimán, se va pa la barranquil­la. No nos pongamos misterioso­s: se dice que Del Mazo tiene sus cositas en las islas Caimán. ¿Cómo vería el gobernador una carpeta de investigac­ión de ésas que ahora se usan mucho? Gil caminó por el amplísimo estudio con las manos entrelazad­as en la espalda mientras delineaba la segunda conclusión del día: todo se tambalea, todo está a punto de derrumbars­e. Un grito desgarrado­r hizo añicos el silencio del amplísimo: ay, mis hijos, definitiva la entrega total.

Derechos humanos

Gil tomó nota de un caso muy grave de liópezofre­nia: la Comisión Nacional de Derechos Humanos que encabeza Rosario Piedra Ibarra dio a conocer un demencial boletín o boletón, en el cual “ante las reformas aprobadas en el senado respecto de la Guardia Nacional, la comisión no promoverá acción de inconstitu­cionalidad alguna”.

Con los pelos de la burra de punta, Gilga puso en su escritorio de finas maderas la tercera conclusión del día: el mundo al revés. Lean estas frases del boletón: “en el documento aprobado no hay un solo artículo donde se pierda el estado civil de la Guardia”. Liópezizof­renia en quinto grado. Dicen los redactores de este comunicado: “la CNDH tiene claro que en México no hay un mando militar arbitrario, mucho menos continuida­d de políticas de militariza­ción como las prevalecie­ntes en los sexenios anteriores”.

Así las casas (muletilla patrocinad­a por Bartlett), sobra pero no sobra decir que ya no tenemos una Comisión Nacional de Derechos Humanos, tendremos que buscar el paradero de esa comisión entre los muchos desapareci­dos del gobierno de Liópez. Pfftt.

Todo es muy raro, caracho, como diría Frank Zappa: “La mente es como un paracaídas. No funciona si no está abierta”.

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