Mixteca y región de Atlixco, con nula o lenta reconstrucción
Sismo. En municipios como Huaquechula, migrantes han encabezado acciones para recuperar el patrimonio dañado en 2017; en Tepeojuma se pueden ver aún escombros, mientras que en Atlixco solo la parte centro ha sido intervenida
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 (19S), en Puebla se contabilizaron daños en 112 municipios, cuyas zonas más afectadas fueron la zona metropolitana, la Mixteca y la región de Atlixco. En estas últimas, los contrastes del tiempo y trabajo son notables, pues aún se aprecian casas apuntaladas, templos en ruinas y obras en proceso, la reconstrucción avanza a paso lento.
El terremoto dejó un saldo de 45 muertes, 12 mil viviendas afectadas y daños considerables en 250 inmuebles históricos. Ejemplos de estos daños se encuentran en Tepeojuma, donde la Parroquia de San Cristóbal Mártir refleja la tragedia y su colapso representó un duro golpe para los fieles, quienes durante estos años han pedido a las autoridades la rehabilitación del inmueble católico.
No obstante, la ciudadanía señala que el recurso recibido por la Federación se destinó para la reparación de la presidencia municipal, mientras que daños menores en escuelas y viviendas fueron cubiertos por los propios habitantes de la comunidad en un intento por recuperar sus vidas.
Durante una visita de MILENIO Puebla, se pudo constatar que pese a la falta de reparaciones, la fe de los fieles católicos llevó a los habitantes de Tepeojuma a pagar una adaptación al templo donde a un costado de las ruinas se colocó una estructura de metal, en la cual todos los santos y mobiliario rescatado fueron ubicados. Durante las fiestas patronales del pasado 24 de agosto, este espacio fue adornado, sin embargo, sigue la insistencia de que la parroquia sea restaurada.
Por otra parte, en Atlixco el panorama contrasta, ya que si bien a lo largo de estos años inmuebles como la alcaldía, casonas históricas, el Zócalo y la Parroquia de Santa María de la Natividad han sido intervenidas de forma paulatina hasta recuperar su aspecto tradicional.
No obstante, a un par de calles de la zona central del Pueblo Mágico de las flores aún prevalecen las construcciones de gran dimensión con lonas que señalan el riesgo latente que representan. Apuntaladas con vigas de madera y sin supervisión de las autoridades, al menos cinco edificaciones de gran dimensión esperan una intervención para ser derribadas por completo o recuperadas.
Este hecho genera preocupación entre la ciudadanía como en el caso de Sarahí Flores, joven trabajadora de una tienda de abarrotes ubicada en la 3 Norte, entre 6 y 8 Poniente, inmueble que se localiza justo frente a un edificio apuntalado de dos pisos y aproximadamente nueve metros de altura.
“El edificio es alto y solo tiene los pedazos de madera, pero los coches siguen pasando como si nada. Aquí pasa transporte público y a veces hasta los mismos camiones que nos surten producto a los comercios. Entonces, nosotros no sabemos en qué momento se pueda venir abajo o si tiembla de nuevo, imagínese, ya no sabemos si en esos casos es mejor salir o quedarnos aquí, porque cualquiera de los dos edificios te cae encima”, apuntó la joven, quien además refirió que a tan solo una calle de diferencia existen predios que han sido reconocidos como focos de inseguridad.
Sarahí señaló que dos edificios en ruinas fueron adoptados por personas en condición en calle, quienes pese a los escombros, basura y sellos de peligro acondicionaron los espacios para resguardarse. Sin embargo, de acuerdo con los comerciantes y ciudadanos de la zona, estos mismos inmuebles son utilizados por asaltantes para esconderse de las autoridades.
“El edificio de enfrente (ubicado en la 3 Norte y 4 Poniente) fue cubierto con láminas y maderas por una vecina anciana; de a poquito fue poniendo todo eso
“Este acueducto alimentaba a Morelos Matlala, San Lucas Matlala y San Felipe Tepemaxalco. La verdad fue muy triste porque este era nuestro patrimonio para regar en aquel tiempo, que fue por septiembre, cuando teníamos nuestras cebollas y se nos echaron a perder por falta de agua”
“Todavía seguimos con las casas un poco cuarteadas y quedaron de dar ayuda, pero a algunos les llegó y a algunos no, aquí estamos de pie y la verdad es una tristeza, esperemos en Dios que se vuelva a reconstruir” Sergio Robles