Las policías municipales, en total abandono
El presidente municipal poblano Eduardo Rivera Pérez tiene razón, los municipios del país están solos en materia de recursos de seguridad pública. Si bien tiene la razón en pedir al Congreso de la Unión que restituya los cuatro mil millones de peso del Fondo de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg), el edil predica en el desierto.
Este fondo ya no existe por decisión del gobierno federal y los millonarios recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación se siguen canalizando a las fuerzas armadas, y ahora a la Guardia Nacional.
Y peor todavía para el alcalde poblano, uno de los legisladores en la Cámara Alta, que podía ser su interlocutor para restituir esos recursos, el senador panista yucateco Raúl Paz abandonó las filas de Acción Nacional para unirse a Morena y apoyar la reforma que adhiere a la GN al Ejército.
De acuerdo con los datos aportados por el munícipe capitalino, de los 4 mil mdp del Fortaseg, municipios como Puebla, en un bloque total de 16 en el estado, tenían acceso a una bolsa de 180 mdp, entre éstos Atlixco, Tehuacán, Texmelucan, Tecamachalco, Amozoc, Tepeaca y Teziutlán.
Lo solicitado por Rivera Pérez a la Cámaras de Diputados y Senadores son de esas posturas obligadas como gobernante, porque enfrenta las carencias de recursos financieros.
El presupuesto de este gobierno municipal, junto con los otros 216 ayuntamientos, es insuficiente para hacer frente a la cada vez demandante seguridad pública.
Entre salarios, equipamiento, armamento, capacitación, instalaciones, y un largo etcétera, el recurso es insuficiente frente al poder de fuego y económico de la delincuencia común y organizada, en éste y el resto de municipios en los estados.
Hayexplicacionessuficientes,aunque no lo justifica, del entreguismo de mandos policiacos y autoridades a los grupos delincuenciales,porquelaautoridadmunicipal está sola y abandonada en materia de prevención de los delitos.
También es entendible la improvisación de policías preventivos. Lo mal preparados y certificados los hace vulnerables a ser cooptados por la delincuencia con dinero o plomo.
La Policía Municipal Preventiva, como ocurre con la autoridad municipal como figura de gobierno, no había estado más marginada y violentada como ahora, gracias al centralismo autoritario que los despoja de las aportaciones e ingresos presupuestales.