Milenio Puebla

Morena y PRI salen del clóset

- PABLO RUIZ pablo.ruiz@milenio.com

Olga Romero y Néstor Camarillo, los dirigentes estatales del PRI y Morena, respectiva­mente, solo actúan en congruenci­a para cumplir con las instruccio­nes, al hacerse el guiño para un pacto electoral.

Empero, tampoco es nada nuevo que ambos partidos del llamado PRIMor mantengan una alianza local en las asambleas legislativ­as como el Congreso local, y ésta trascienda a otros ámbitos.

Morena y PRI salen del clóset y admiten que sus “coincidenc­ias” van más allá de la agenda legislativ­a para establecer una alianza electoral; como si Morena lo necesitara.

El PRI es genéticame­nte el hermano gemelo de Morena, pues este partido no solo se ha nutrido de priistas en municipios y estados. Son lo mismo, pero hoy el priismo es más barato.

Para nadie es un secreto que en Puebla el PRI operó en 2018 y en las extraordin­arias de 2019 a favor de Morena. Pero no solo eso, el gobierno de transición en el estado fue de priistas puestos por el gobierno federal de la 4T.

Los principale­s operadores de Morena en el estado han sido priistas y ellos le han ayudado en su arribo al poder. En el Congreso local, por ejemplo, la bancada del PRI y su coordinado­r han sido el partido de la comparsa para evitar cualquier obstáculo a las iniciativa­s legislativ­as del Poder Ejecutivo.

Acicateado­s por la coyuntura política de las reformas constituci­onales para militariza­r la Guardia Nacional y seguir con la agenda para consumar la reforma electoral, los partidos locales PRI y Morena optaron por hacer público un amasiato que mantenían en lo oscurito.

No se les debería condenar por eso a las dirigencia­s priistas y morenistas en el estado; estaban ocultando su estrecha relación política y ahora a la luz pública lo más que se les puede criticar es la simulación.

Pero el PRI pierde con los priistas que han optado por permanecer con la franquicia, al secuestrar­lo y venderlo al mejor postor, cuando lo correcto sería desafiliar­se e incorporar­se a Morena.

En la medida de que en este país el sistema de partidos políticos es una empresa, tener una franquicia como el PRI es un jugoso negocio y lo que más puede verse es un PRI como partido satélite, orbitando como el PT, PVEM o PES.

El Revolucion­ario Institucio­nal, en manos de Alejandro Alito Moreno, no podía tener el peor final; es el enterrador del otrora partido gobernante que terminó como meretriz.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico