México para incrédulos
Un recuento de situaciones únicas que han sucedido en nuestro México sería inacabable. En 1939 André Breton visitó el país que definió como el más surrealista del mundo, estaba asombrado de la manera en la que sus habitantes hacían culto a los Días de Muertos, el humor ante las desgracias, la toma al pie de la letra de palabras que sólo se lleva el viento y la vida, para usar -si se quiere- un lugar común.
En efecto, así ha sido. El asunto aquí es que podríamos hacer un recuento de situaciones únicas e irrepetibles en la historia, pero lo más recomendable es anotarlos, como ejercicio de la memoria, en un cuaderno de apuntes dispersos, dejando huecos en blanco para luego usarlos de los olvidos que, de seguro, serán los más.
Eclipses que alcanzamos a ver en su totalidad, cometas que no regresarán en 300 años, creación de mitos y de formas de vida. Coincidencias y más: un México de privilegios de generaciones y generaciones. Admitiremos por lo pronto que solamente, a nosotros, nos han tocado algunos pocos de esos privilegios que llegan siempre al final y al comienzo de los milenios.
El tiempo no se corta como la mantequilla, los cambios, las transformaciones, los hábitos, son graduales pero nos sorprenden más temprano que tarde. Latigazos que duelen o nos hacen felices.
“Nada tiene que ver un movimiento telúrico con el surrealista”
En un testimonial que escribí luego del sismo que nos dañó tanto en 1999, teníamos el antecedente de los ocurridos en la Nueva España y de alguno que otro más: el que llegó el mismo año de la muerte de Pedro Infante en 1957, el mismo que derrumbó el Ángel de la Independencia.
Georges Duby “el desencadenamiento del mal”— se han registrado, en variantes de horas-, tres sismos. Registro entonces: 1985 / 2017 / 2022.
México es un país asombroso, único, trágico: ¿Qué probabilidades existen para que coincida así un sismo? Transcribo de las redes: “de acuerdo con José Luis Mateos, especialista en sistemas complejos del Instituto de Física de la UNAM, la probabilidad es de una -solo una- por 133,225. Expresado de otra forma, 0.000751%”.
Nada tiene que ver un movimiento telúrico con el movimiento surrealista, pero sí es verdaderamente asombroso. No ha habido cosa semejante en otra nación, privilegios del milenio.