Pasan 800 migrantes por Puebla
Los albergues de la arquidiócesis de Puebla, ubicados en la zona metropolitana, brindan alrededor de 800 comidas y espacios para descansar a los migrantes que pasan por territorio mexicano con destino a Estados Unidos.
De acuerdo con la Dimensión de Movilidad Humana de la diócesis que encabeza el arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, los albergues que brindan apoyo a las personas en tránsito se encuentran en las parroquias de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, ubicada en la colonia San Rafael Poniente; Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en la colonia Aquiles Serdán; y Nuestra Señora de los Desamparados, en el fraccionamiento Valle Dorado.
Para apoyar a los llamados sin papeles, los tres albergues están comprometidos en “ayudar y proteger a los migrantes ofreciendo aproximadamente 800 comidas semanales, hospedaje, ropa, y atención humanitaria”, destacó la Pastoral de Movilidad de la arquidiócesis de Puebla.
De forma adicional, en el territorio diocesano opera la Pastoral del Turismo, una de las 23 vertientes de la Pastoral de Movilidad, que seguirá promoviendo a los pueblos originarios del estado de Puebla facilitando que los turistas los visiten y conozcan la riqueza cultural y de valores de cada una de las comunidades.
“De esta manera, queremos ayudar a que los jóvenes puedan encontrar oportunidades de trabajo sin tener que migrar a otros lugares”, añadió la
Dimensión de Movilidad Humana de la arquidiócesis.
Para la arquidiócesis de Puebla, el fenómeno migratorio está registrando momentos complicados y el paso de personas con el objetivo de alcanzar el llamado “sueño americano” está alcanzando cifras históricas ante los efectos de la pandemia de covid-19.
Los registros de la Iglesia católica en México mientras que, a lo largo de este año, más de un millón 275 mil migrantes recorrieron el territorio azteca con el objetivo de llegar a la frontera norte. Tan solo en el mes de abril, se registró el paso de 230 mil migrantes, la cifra más grande en 22 años, desde el año 2000.
El problema mayor se relaciona con que los transmigrantes están viajando en condiciones infrahumanas y peligrosas, con lo que están arriesgando su vida con el objetivo de obtener recursos para mejorar su realidad y la de los integrantes de sus familias que se quedaron en zonas expulsoras como estados del sur y sureste de México, de países centroamericanos, de Sudamérica y hasta de diferentes regiones del continente asiático.