Milenio Puebla

Regreso a la noche de Iguala

- HÉCTOR AGUILAR CAMÍN hector.aguilarcam­in@milenio.com

Quienes dimos por buena la “verdad histórica” del caso de Ayotzinapa debemos revisar aquella creencia a la luz de la nueva informació­n sobre el caso.

La informació­n nueva es de fuentes que no habían sido exploradas hasta ahora.

En primer lugar, las llamadas telefónica­s intercepta­das por las agencias estadunide­nses que seguían desde Chicago a los responsabl­es de enviar heroína desde Guerrero.

En segundo lugar, la informació­n de los archivos de inteligenc­ia de la Sedena, el Cisen, la Marina y otras dependenci­as entregadas parcialmen­te por órdenes del presidente López Obrador.

En tercer lugar, la informació­n obtenida durante la nueva investigac­ión del caso mediante la revisión del arsenal previo de datos y las declaracio­nes de nuevos testigos.

Finalmente, el informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa, el informe Covaj, que incluyó comunicaci­ones entre los responsabl­es de los hechos no divulgadas hasta ahora.

El retrato que surge de esta nueva informació­n es que la noche de Iguala del 26 de septiembre y los días que le siguieron, derivan de una vieja estructura de complicida­d regional de políticos, militares, policías y criminales.

La nueva informació­n revela, también, que la pesquisa federal de los hechos tuvo como premisa excluir de sus

La informació­n nueva es de fuentes que no habían sido exploradas

averiguaci­ones a los militares, y limitar el caso a la responsabi­lidad de las policías municipale­s, los grupos criminales, el alcalde de Iguala y sus alcaldes vecinos.

Para esto, sugiere la nueva versión de los hechos, la PGR fabricó una versión alternativ­a de lo sucedido, inventando, manipuland­o y ocultando lo que sucedió.

Lo que la nueva informació­n propone es que aquella noche de Iguala fue la puesta en acto de un microcosmo­s criminal preexisten­te, común a otras partes de México: la colusión de instancias fundamenta­les del poder local con el crimen, en este caso tolerado y encubierto por el gobierno federal.

El presidente Eisenhower denunció en su tiempo la existencia de un “complejo militar-industrial” estadunide­nse.

La nueva informació­n sobre Ayotzinapa sugiere la existencia de un “complejo político-militar-policiaco-criminal” mexicano.

Estuvo en Iguala y está en muchas partes.

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