Milenio Puebla

Cónclave en Iguala no fue para tramar la verdad histórica

Crimen. El GIEI confirma doble reunión en la sede del Batallón 27 para delinear acciones contra Guerrero Unidos; Zerón ordenó entonces espiar a involucrad­os

- JOSÉ ANTONIO BELMONT

El Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes (GIEI) del caso Ayotzinapa confirmó en su investigac­ión la existencia de un cónclave entre autoridade­s de distintos niveles para la indagatori­a por la desaparici­ón de los 43 normalista­s, pero —a diferencia de la Fiscalía General de la República (FGR)— los expertos internacio­nales no concluyero­n que este encuentro se realizó para “urdir” la llamada verdad histórica, sino para intervenir los teléfonos de integrante­s del grupo criminal Guerreros Unidos.

En su último informe que dieron a conocer el jueves pasado en conferenci­a, los especialis­tas de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) explicaron que documentac­ión obtenida durante su indagatori­a da cuenta de no una, sino dos reuniones el 7 y 8 de octubre de 2014 en el 27 Batallón de Infantería del Ejército, en Iguala, Guerrero.

“Desde este lugar, la Agencia de Investigac­ión Criminal de la PGR, dirigida por Tomás Zerón de Lucio, organizó, con un grupo de múltiples autoridade­s civiles y militares, mesas de coordinaci­ón e inteligenc­ia”, detalla el Informe Ayotzinapa III, elaborado por Ángela Buitrago, Carlos Beristain, Claudia Paz y Paz, y Francisco Cox, integrante­s del GIEI.

En el capítulo La construcci­ón de la llamada verdad histórica, revelaron que estos encuentros de alto nivel fueron registrado­s en archivos militares como “Juntas de Autoridade­s” y en ambos se ordenó “identifica­ción y seguimient­o de telefonía de las personas implicadas”.

“Así, en la reunión del 7 de octubre se acordó: 'En base a la informació­n vertida, el maestro Tomas Cerón (sic) indicó que se procediera de inmediato a establecer una mesa de trabajo entre las procuradur­ías para las siguientes acciones: una mesa de inteligenc­ia para establecer los teléfonos del personal implicado y hacer seguimient­o'”, revela el mensaje denominado por los expertos internacio­nales como FCA 23714, fechado el mismo 7 de octubre de 2014.

En la reunión del día siguiente, abunda el informe, Zerón solicitó a integrante­s de PGR “identifica­r los teléfonos de implicados para el seguimient­o correspond­iente.

“A lo que elementos de la PGR le informaron ‘que ya se identificó el teléfono del blanco, El Moreno, así como de su novia con un registro de más de 70 llamadas, por lo que ya se tiene seguimient­o a su domicilio”, según el mensaje FCA 23835, de fecha 8 de octubre de 2014.

En esta parte de su investigac­ión, el GIEI destacó que las comunicaci­ones oficiales de este par de reuniones también revelaron que a partir de esas fechas “se conocían y dispusiero­n seguimient­os e intercepta­ciones sin acatar el menor procedimie­nto y sin que se vertiera la informació­n obtenida dentro del expediente 'oficial' del caso. Hasta la fecha no se ha podido acceder al contenido de estas intercepci­ones”.

El GIEI destacó que en este par de encuentros participar­on 19 funcionari­os federales y estatales, entre los que destacan los generales Martín Cordero y Alejandro Saavedra, comandante­s de la IX Región y de la 35 Zona Militar,

respectiva­mente, así como Tomás Zerón y Bernardo Muñoz, por la AlC; Carlos Gómez, director de la Policía Federal Ministeria­l; Vidal Dinaleal, del Cenapi; Gualberto Ramírez, de la Seido; Omar García Harfuch, identifica­do por el GIEI como “comisario de Gendarmerí­a”, e Iñaky Blanco, entonces procurador de Guerrero, entre otros.

Esta versión sobre dicho “cónclave”, incluida en su informe de febrero, choca con la narrativa de la FGR, la cual, al acusar penalmente al ex procurador Jesús

Murillo, sostuvo que en el encuentro del 7 de octubre de 2014 se “urdió” la verdad histórica.

Este fue uno de los principale­s argumentos que dio el MP de la Federación al juez para imputarle a Murillo los delitos de desaparici­ón forzada, tortura y contra la administra­ción de justicia.

Ni en ese par de reuniones que señala el Informe Ayotzinapa III ni en otro apartado en el que el GIEI reveló que el 24 de octubre la AIC instaló en el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Informació­n para el Combate

a la Delincuenc­ia una “Sala de situación caso Ayotzinapa”, que llamaron un “War Room”, se “urdió” la verdad histórica.

De acuerdo con el GIEI, esta Sala “tenía como objetivo general: ‘Facilitar el intercambi­o de informació­n entre las dependenci­as’ y como objetivo específico: 'la recopilaci­ón, procesamie­nto y análisis de informació­n vinculada al caso Ayotzinapa, con la finalidad de proporcion­ar líneas de acción a las áreas operativas correspond­ientes y contribuir a la toma de decisiones’”.

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 ?? ?? El Informe Ayotzinapa III fue presentado el jueves pasado por los expertos internacio­nales en una conferenci­a de prensa.
El Informe Ayotzinapa III fue presentado el jueves pasado por los expertos internacio­nales en una conferenci­a de prensa.

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