Ciberlegisladores cibersonsos
El diputado federal Javier López Casarín anunció que ya se tienen los insumos suficientes para perfilar una Ley Federal de Ciberseguridad. Ah, carambas, los insumos, ¿ya los tienen? Pero no los vayan a invertir en departamentos de Cancún...
En un ataque de inteligencia insólita, los ciberlegisladores reconocieron que hay un problema serio y que convendría actualizar el rezagado marco jurídico en la materia después de los ataques de la Guacamaya. Muy bien, de acuerdo, salvemos al soldado mexicano. El último intento naufragó hace más de un año, cuando una propuesta de Morena prendió alarmas por riesgos a la libre expresión en redes digitales. Ahora, el esfuerzo incluye a diputados, senadores y consultas a diversos sectores: Fuerzas Armadas, el gabinete de seguridad, representantes de la sociedad civil y de la iniciativa privada. Cuidado, sálvese quien pueda.
Para el diputado verde, Javier López Casarín, se tienen los insumos para perfilar una Ley Federal de Ciberseguridad, cuya primera versión, derivada de 15 iniciativas acumuladas en el Congreso de la Unión, estará lista en octubre. El presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación reconoció que los vacíos legales facilitan la impunidad.
Ya vamos a empezar con las iniciativas. Este diputado verde afirma que el problema actual es que los ciberdelitos se persiguen desde el fuero común y no como parte de una estrategia de seguridad nacional. De acuerdo, pero ¿qué hacemos con los ciberdiputados tontos? Nada, permitirles hacer el ridículo. Oigan esto: “No pueden ser tratados como cualquier otro, hay que tipificarlos como ilícitos del fuero federal, y no del fuero común, como ocurre hasta ahora”.
Gil encontró esta información en una nota bien puesta de Ivonne Melgar en su periódico Excélsior: el ataque cibernético que sufrió la Secretaría de la Defensa Nacional hizo reaccionar a legisladores de todas las fuerzas políticas en el Congreso, al reconocer que lo sucedido evidencia la necesidad de remontar pronto al rezagado marco jurídico en la materia. Y agrega Gilga, podrían poner un peso para comprar algunos programas de protección, y unas computadoras nuevas, baratas, de medio cachete.
Agarra y vámonos
El diputado federal Javier López Casarín, preclaro verde pájaro, ha propuesto avanzar hacia una Agencia de Ciberseguridad. Sí, y que la dirija el Agente 86, Maxwell Smart. El legislador verde-guinda anunció que ya se tienen los insumos suficientes para perfilar una Ley Federal de Ciberseguridad. Ah, carambas, los insumos, ¿ya los tienen? Pero no los vayan a invertir en departamentos de Cancún, porque la última vez el Niño Verde se hizo de otras dos propiedades, de esas que regalaba el gobernador Borge.
Ahora mal sin bien, en el Senado, el jefe de la mayoría de Morena, Ricardo Monreal, consideró urgente legislar y aplicar normas estrictas en materia de ciberseguridad: “Tenemos que cuidar toda la información que es delicada y dar mantenimiento a los sistemas de información”. No le falta razón al senador, pero no empecemos con que hay que vigilar los contenidos, ¿de acuerdo? Para el diputado López Casarín, el planteamiento de fondo es que en México existen 84 millones de usuarios de internet a quienes se debe proteger: “No es casual que vayan en aumento los intentos de fraude, extorsión, robo de identidad y de datos personales a través de plataformas digitales, pues existen vacíos legales que permiten a los delincuentes actuar con impunidad”, alertó el presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Gamés se pone de pie y se quita el sombrero y pregunta: ¿Qué tiene que ver la cantidad de tui te rosque hay en México con los ataques cibernéticos? Nada. Piénsenlo, nada.
Legislar
El diputado López Verde Casarín: “Desde el Congreso hemos alertado los riesgos a los que nos enfrentamos por carecer de una legislación sólida en ciberseguridad, lo cual impide actuar de forma contundente contra aquellas personas que atentan contra las instituciones del Estado y la infraestructura crítica nacional”. De acuerdo, y si además no compramos ni una computadora, la seguridad cibernética mexicana será una mantequilla.
La mesa de trabajo encaminada a la reforma ha contado con más de cien participantes, incluyendo a representantes de la sociedad civil y de la iniciativa privada, explicó el diputado verde. De acuerdo con un análisis del Instituto Belisario Domínguez del Senado, la falta de consenso en torno a las reformas que en la materia se han presentado revelan una tensión no resuelta entre la urgencia de castigar las conductas antisociales, prevenir los riesgos para la información estratégica del Estado y el temor de que un marco jurídico de ciberseguridad termine criminalizando el uso de las herramientas digitales. Háganle como quieran, pero no empiecen a legislar a lo güey, por su madre.
Todo es muy raro, caracho, como diría Arthur C. Clarke: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.
¿Qué tiene que ver la cantidad de tuiteros en México con los ataques cibernéticos? Nada