Valoraciones de la economía sexenal
Comentaba la semana pasada el balance positivo que de este sexenio hacía Jorge Zepeda Paterson. Balance que ponía en el contexto de un gobierno que ha hostilizado y disminuido a las instituciones autónomas. La conclusión, más o menos explícita, es que es mejor concentrar el poder, mermar la democracia constitucional, si esto da buenos resultados para las mayorías.
Carlos Urzúa publicó en El Universal el día primero de este año otros datos, que contradicen la visión optimista de Zepeda, quien veía milagros en cuatro aspectos: el incremento del poder adquisitivo del México profundo, la disminución de trabajadores en la informalidad, el crecimiento del sureste y la reducción de la pobreza.
Las afirmaciones de Zepeda no están apoyadas en datos. Las de Urzúa sí. Este último toca cuatro aspectos de la economía, distintos pero vinculados a los tratados por Zepeda: el crecimiento anual del PIB, la creación de empleos formales, los mexicanos sin acceso a servicios de salud y las remesas que envían los mexicanos en el extranjero.
Los cuatro rubros tienen un balance negativo. El PIB solo crecerá 1.1% anual, uno de los porcentajes más bajos de América Latina (exceptuando a Venezuela y Argentina). Un porcentaje más bajo que en la “época neoliberal”.
La creación de empleos formales en los primeros cinco años del sexenio fue menor a la que se dio en el mismo periodo del tan criticado sexenio de Peña Nieto: 2 millones ahora, 3.5 entonces.
Los mexicanos sin acceso a servicios de salud eran 20.1 millones en 2018, y ahora son 50.4 millones.
El de las remesas es el único dato “positivo”, si se entiende como tal que los mexicanos que dejaron nuestro país huyendo de la pobreza han encontrado forma de hacerse de recursos en otros países. Se recibían 34 millones de dólares hacia 2018 y ahora son 60 millones.
Dos autores, dos visiones encontradas de la eficacia económica y social del gobierno actual. Lo que está en juego es si vale la pena continuar
fobias._ con las políticas actuales.
Cada quien puede quedarse con sus datos, o con sus milagros. Pero la realidad es necia, y acabará por imponerse. Algunos análisis están cercanos a ella. Otros, a las propias filias o
Cada quien puede quedarse con sus datos, o sus milagros