El ayuno de 21 días
Muchos comentarios recibimos por nuestro artículo de este lunes publicado en Milenio.com en el que invitábamos al programa “Año Nuevo, Nuevo Yo 2024” y al “Ayuno de 21 días”, por lo que hoy responderé en la edición de Puebla para ahondar en esta poderosa herramienta espiritual que nos ofrece la posibilidad de realizar un cambio y crecimiento personal.
El ayuno de 21 días, como lo planteamos en nuestra red de @laalegriadevivirenplenitud es una herramienta de desintoxicación física y mental que nos permite además una conexión interior con nuestra esencia y un crecimiento personal, acompañado de lo que nos sugiere el paso 11 de los Alcohólicos Anónimos con la meditación y la oración para procurar mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como cada quien lo conciba.
Cabe aclarar que no es una dieta, ni tiene nada que ver con la moda de los ayunos intermitentes para bajar de peso, como tampoco es una restricción alimentaria insana que pueda dañar nuestro organismo, ni un juramento de buenas conductas para comenzar el año.
Se trata de un ejercicio que promueve el dominio propio y rinde al ego en todas sus manifestaciones, ante la espiritualidad de nuestro ser, mientras se acompaña de meditación, introspección, discernimiento y oración con el Poder Superior como cada quien crea.
En términos conductuales es una buena forma de iniciar un pequeño cambio de aquellos consumos y acciones que nos causan daño disfrazado de placer y que muchas veces nos es tan difícil corregir.
Se trata de elegir aquellos alimentos o sustancias que nos generan un placer insano y pueden provocar consumos obsesivo-compulsivas, igual que aquellas que intoxican nuestra mente y nuestra alma.
Estamos hablando de alimentos como golosinas y dulces procesados, comida industrializada o chatarra, grasas trans, tabaco, alcohol, drogas y otras sustancias que nos pueden dañar y que desintoxicarnos puede ser una buena forma de iniciar el año. De igual manera conductas como el abuso de las redes sociales, los videojuegos, las apuestas, la pornografía, los pensamientos pesimistas, la falta de fe y otras que pueden
_ integrar la lista personal.
En estas tres semanas tendremos abstinencia absoluta de lo que cada uno elija, para templar nuestro carácter y complementarlo con meditación, oración y discernimiento.