Ernestina, mal y de malas UNO HASTA EL FONDO

Los endriagos, esos monstruos cubiertos de pelo, brazos de león y garras de águila, persiguieron a la fiscal de Ciudad de México, no le dieron respiro y su pesadumbre enturbió el agua clara de las fuentes de Morena...

En los mentideros de la vida política corría el rumor de que faltaba un voto para que Ernestina Godoy permaneciera cuatro años más en la Fiscalía de la Ciudad de México. En caso de que esto hubiera sido cierto, ese voto nunca llegó. Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota de Armando Martínez: “Ernestina Godoy Ramos no logró la ratificación en el Congreso capitalino, para permanecer cuatro años más al frente de la Fiscalía de la Ciudad de México, así fue dado a conocer tras la votación de los legisladores de Morena y la oposición”. Ni hablar dijo el mudo.

Gamés supone que al frente de la Fiscalía quedará un encargado interino que bien podría permanecer en ese puesto hasta la elección de junio. En Morena de la Ciudad de México todo sube de color, hay miradas que matan, reproches impensados, desesperaciones, en fon. Algunos integrantes y simpatizantes del partido se rasgan las vestiduras, esparcen las armas y se dan de cabezazos, ese es el caso de San Juana Martínez y Miguel Ángel Velázquez cuando escriben en su periódico La Jornada. Gil les recuerda: el que no quiera ver noches que no salga con fantasmas, o como se diga.

Total: con 41 votos a favor y 25 en contra, la fiscal no alcanzó la mayoría calificada, por lo que concluirá su labor frente a la Fiscalía de la Ciudad de México.

Endriagos

Los endriagos, esos monstruos cubiertos de pelo, brazos de león y garras de águila, persiguieron a Ernestina Godoy, no le dieron respiro y su pesadumbre enturbió el agua clara de las fuentes de Morena, mju. Mientras contaban los votos y grillaban de acá para allá, apareció en Latinus el resultado de una investigación de Guillermo Sheridan en la cual demostraba que Ernestina Godoy había plagiado al menos a dos autores en su tesis de licenciatura. Los endriagos, tremendos.

Las tesis de licenciatura se han convertido en material inflamable. Gil leía su periódico El País en una nota de Erika Rosete: “Esta vez los reflectores han recaído sobre la Fiscal General de Justicia de Ciudad de México, Ernestina Godoy, quien espera ser ratificada en su puesto el próximo lunes 8 de enero. A solo unos días de esa votación, el periodista y escritor Guillermo Sheridan publicó el artículo ‘La tesis de la pasante Ernestina Godoy’, en el que expone que la fiscal plagió material de por lo menos dos autores para su tesis de licenciatura en Derecho en la UNAM en el año 2004”.

El escritor Sheridan, azote de los plagiarios, vengador de los plagiados, investigador si alguno, escribió: “El cargo (...) que ostenta hoy en día la entonces pasante, es uno que, de acuerdo con la Ley Orgánica (II, 39-c) de esa fiscalía, sólo puede ser ostentado por alguien que cuente ‘con título y cédula de licenciado en derecho’. ¿Se cumplirá ese requisito? Me temo que no...”.

Sheridan mostró pruebas suficientes para demostrar que la ex fiscal adjunta plagió con el cucharón del pozole. O sea, se despachó con textos ajenos (co-co) de Jean-Claude Thoenig, un investigador y profesor en Francia, y del mexicano Mauricio Merino, doctor en Ciencia Política y Sociología.

Basilisco

Ya en serio, muchachos y muchachas de la política, no se roben las páginas de otros y otras

Godoy respondió que lo publicado es falso y aseguró que se trata de un intento por desacreditarla justamente cuando buscaba el camino a la ratificación en su puesto. “Dichos infundios se dan en el contexto del proceso de ratificación como Fiscal General de Justicia, en el que me encuentro inmersa en este momento, y buscan de forma burda y grotesca descalificar, a como dé lugar, mi imagen”. Un basilisco, ese ser fabuloso descrito como una serpiente capaz de matar con la mirada. Godoy ha insistido en que su trabajo de tesis fue calificado y aprobado por diversos sinodales de la Facultad de Derecho de la UNAM y “con el correspondiente soporte de un asesor de tesis”, dice. “Llama poderosamente la atención que a 20 años de que la misma fue debidamente presentada y autorizada y a cinco años de mi gestión como titular de la institución [en la Fiscalía capitalina] surja una falaz y mal intencionada versión que asegura, sin pruebas, que mi tesis fue plagiada”.

¿No hay tiempo, o no hay cacumen, o no hay ganas? Ya en serio, muchachos y muchachas de la política, no se roben las páginas de otros y otras. Se ve feo y confirma

_ que la deshonestidad intelectual es el sello de la casa. En fon.

Todo es muy raro, caracho, como diría George Bernard Shaw: “Las ideas son como las pulgas, saltan de unos a otros, pero no pican a todos”.