Radiografía de la liga
RLos de la Franja tienen de regreso a viejos conocidos en la delantera: Cavallini y Ormeño
ueda el balón en el futbol mexicano y el inicio de un nuevo torneo nos ofrece los mismos vicios de siempre: partidos pospuestos o adelantados, encuentros que se empalman y equipos como el campeón América que comenzará con la sub 23; empero, con el silbatazo inicial del Clausura 2024, se renuevan las esperanzas de los 18 clubes de la primera división.
Aunque todos los equipos comienzan de cero, las probabilidades de éxito y las opciones reales de campeonato, están reservadas para unos cuantos. El futbol mexicano se divide en bombos, por lo menos en cuatro que delimitan las metas de los distintos clubes, con base en la calidad de sus planteles y la jerarquía en el marco histórico.
En el bombo 1 están los equipos avocados al campeonato, dos o tres instituciones que apuestan por la excelencia cada semestre.
La señera la lleva el América, encumbrado como el máximo ganador de ligas, con 14. El club azulcrema prácticamente no le movió nada a su plantel, mantiene la columna vertebral del equipo que mejor futbol desplegó a lo largo de 2023, y el que más puntos ha cosechado en los últimos años. Durante mucho tiempo se habló del América como “el rival a vencer” en nuestro balompié, a veces, más por el aparato publicitario que lo rodeaba, que sustentado por su verdadero nivel, pero hoy, en la cancha, que es en donde se ganan o se pierden los partidos -y donde se demuestra la grandeza-, el América en verdad ratifica ese estatus de “equipo a vencer”.
Acompañando al campeón, tendrían que estar los equipos regios. Los Tigres y el Monterrey han invertido cifras insultantes, que no siempre se han traducido en éxitos deportivos. Los conjuntos de la Sultana del Norte tendrían que ser los principales retadores del América.
En el hipotético bombo 2 aparecen muchos equipos, la mayoría; todos ellos con legítima ilusión, pero uno o dos escalones debajo del bombo 1.
Ahí podemos incluir al Cruz Azul -toda una interrogante-, al Guadalajara -cada vez más lejos del top de la liga-, a los equipos del Grupo Pachuca -muchas veces más interesados en vender-, el Toluca -que se “estancó” en diez títulos-, el Santos Laguna, Atlas y los Pumas.
Luego, en el bombo 3, aparecen conjuntos como el Puebla, los Xolos y el San Luis, que a pesar de trabajar bien, están muy lejos del presupuesto que manejan los equipos top.
Los de la Franja tienen de regreso en su plantel a viejos conocidos en la delantera: Cavallini y Ormeño. Dos atacantes que dejaron corazones rotos en la Angelópolis y que no tuvieron el mismo éxito en otros equipos.
El Puebla podría ser ese “caballo negro” que dé la sorpresa, un equipo del que por enésima vez nadie espera nada, pero ahí estará, listo para ser un hueso muy duro de roer.
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Por último, en el bombo 4, están los “desahuciados”, los que tiene muy lejos el campeonato y la calificación: el Querétaro, Juárez, Mazatlán y el gris Necaxa. Equipos de relleno en nuestro futbol, que perdieron su principal incentivo que era pelear por no descender.