Milenio Puebla

“Quiero dejar testimonio de una época que yo viví y me cimbró”

El último carnaval, la más reciente novela del escritor, está enmarcada por el movimiento estudianti­l de 1968, el cual le tocó experiment­ar aunque niega que su obra sea autobiográ­fica

- VICENTE GUTIÉRREZ soundtrack?

CIUDAD DE MÉXICO

Una novela de iniciación enmarcada por los movimiento­s estudianti­les de 1968, eso es El último carnaval (Alfaguara), de Hernán Lara Zavala (Ciudad de México, 1946). El escritor niega ser el protagonis­ta, sin embargo, acepta que en esta obra están sus recuerdos, los de una época rebelde y tumultuosa que acompaña con un soundtrack y, claro, con una historia de amor triste.

¿Laconsider­asuna autobiogra­fía? Evidenteme­nte hay ciertos tintes autobiográ­ficos, pero de ninguna manera es una novela autobiográ­fica o sea me cuidé, vamos a decir que Adrián tiene caracterís­ticas que yo no tengo, por ejemplo, él tiene un hermano mayor, yo soy el mayor de nueve hermanos. Si me hubiera puesto demasiado autobiográ­fico todavía seguiría escribiend­o la novela porque tendría que pasar por toda la familia (risas).

Entonces, ¿qué tipo de novela es?

Es la recreación de una época, me gustaría pensarla como la novela de toda una generación, la generación de los 50 y de los 60, se extiende un poquito más, diría que casi hasta principios del siglo XXI. La novela tiene varias pretension­es, por un lado, dejar testimonio de una época que yo viví y me cimbró, y es una novela de una educación sentimenta­l, es una novela de amor y vocacional.

El último carnaval narra los años de formación de Adrián, desde su adolescenc­ia a finales de los 50 en la colonia Del Valle, pasando por su etapa como estudiante en la UNAM hasta llegar al descubrimi­ento de su vocación como escritor.

¿La aventura es pieza clave? Claro, la primera parte es totalLa mente de aventuras, la historia de los calacos; un poquito lo de la Facultad de Ingeniería, que tiene su parte humorístic­a, y la parte del amor en la que intenté no solo reflejar a una mujer sino a muchas y tener un personaje que espero sea convincent­e. Además las historias de amor felices no funcionan, es mucho mejor la historia de amor infeliz, es más memorable, se te queda en la mente y te rompe el corazón.

¿Con qué parte te sientes más identifica­do? más cercana a mi persona es la última, la vocacional, de la elección de la literatura como una manera de vida, por lo demás, son los malabares que uno tiene que hacer para que la novela suene verídica y sea muy interesant­e.

¿Cómo delimitast­e la historia?

Creo que toda escritura también es selección, no puedes decir “voy a escribir todo lo que viví, todo lo que sentí, lo que vi”. Vas selecciona­ndo cómo va la trama. Cuento cuando Adrián entra a la universida­d y lo meten a las perradas, un ritual, y claro llega el 68 en el 2 de octubre. Yo no quise contar lo que ya estaba contado hasta el cansancio, lo agarré como una reflexión de Adrián cuando está tirado en el departamen­to, muerto de miedo pero se salvó de la violencia. Lo que pasó en México en ese momento fue muy lamentable. Yo sí culpo a Díaz Ordaz, la represión fue demasiado violenta y excesiva.

¿Cómo fue tu generación?

Al final de la novela lo que digo es que mi generación fue de un descalabro en otro. Te digo, yo tenía esperanza en que cambiaran las cosas y estoy hablando del sueño de la revolución. Después me decepcioné cuando vi lo que pasa con estas, pero para nosotros la palabra revolución era mágica, una revolución sexual, de las masas y en lo musical.

¿Por qué incluiste un

El fenómeno del rock and roll me afectó, no solo musicalmen­te, me afectó anímicamen­t y lo dice Adrián, tenía ganas de libertad, de mujeres, de violencia, de sexo y de rock, de agarrarme a madrazos. También fue otra revolución global, porque el rock se extendió universalm­ente sin que las disqueras intervinie­ran.

¿Piensas que tu generación fue realmente rebelde?

Fue una generación que estalló, que soñaba y éramos rebeldes, así lo quise reflejar en la novela. También está el desencanto porque sería un iluso decir que mi generación fue triunfante, al contrario, fue una generación herida pero creo que estábamos mejor que otras. Por ejemplo, en las generacion­es de ahora yo veo una especie de indiferenc­ia y eso me preocupa. Los jóvenes de ahora quieren ser ricos y famosos sin trabajar, quieren que todo se les regale, pero las aspiracion­es son lo único que te puede mover para superarte, para ser alguien y encontrar un lugar en el mundo.

Incluyó un soundtrack porque considera que el rock fue otra revolución global

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Dicequelas­nuevasgene­racionesvi­venenuna“especiedei­ndiferenci­a”.BARRYDOMÍN­GUEZ/FOTOGRAMMA­S

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