Foto aquí, foto allá, adiós privacidad
Es real, a veces la felicidad nos lleva a cometer errores, y quienes son padres o tíos no escapan del sharenting, sí, la práctica que viola la privacidad de los menores.
Sucede que muchos adultos desde que saben que tendrán un hijo comparten en redes sociales: la ecografía, la foto del recién nacido y documentan su crecimiento desde los primeros pasos, hasta las vacaciones. Es así como el 81 % de los bebés tiene presencia en redes sociales.
Los adultos sabemos que publicar fotos en redes sociales implica un riesgo, y más si son imágenes de menores, pues éstas se exponen directamente a toda una comunidad, la cual puede vulnerar su presente y futuro.
A simple vista se cree que compartir fotos es sólo dar a conocer los momentos más lindos de los niños, pero también los padres muestran los momentos más vergonzosos, pues algunos creen que ciertas cosas son graciosas y las suben a redes sociales y quizás estas imágenes en un futuro mermen la autoestima de los pequeños, sirvan para que otros los acosen o roben su identidad y hasta para llamar la atención de los pedófilos.
Leí en un artículo que Jorge Flores, fundador y director de Pantallas Amigas, una iniciativa por el uso seguro y saludable de internet en la infancia y en la adolescencia, que algunas de las imágenes que se publican podrían, en un futuro, hacer sentir incómodos a los menores porque “no se ven reflejados y quizás hayan perdido la capacidad de borrarlo”.
Hay personas que no son conscientes del peligro de la exposición de imágenes de menores, pero hay algunos que aún sabiendo los riesgos del sharenting lo seguirán practicando, tal vez porque tienen esa necesidad de compartir todo en redes sociales, porque quieren recibir más likes o simplemente son influencers y los menores les resultan una bendición. Aunque ya hay países, como Francia, donde se cuida que los menores reciban en una cuenta el dinero que se obtiene de sus imágenes.
Lo ideal es que los adultos encontremos un equilibrio entre expresar el orgullo que sentimos por nuestros hijos, sobrinos o hermanos menores y el número de publicaciones que hagamos al mes en redes sociales sobre ellos. Pues se puede hablar de ellos sin poner una imagen o subir ésta sin que salga su rostro. Y no es que sean hijos de la realeza para censurar sus fotos, solo es por su privacidad y seguridad.