¿Pura politiquería?
Cuando podía reformar la constitución (en el primer trienio de su gobierno) no quiso reformarla. Y ahora que no puede, porque en 2021 sus partidos perdieron la mayoría calificada en la cámara de diputados, quiere.
No es fácil encontrar una explicación. Cualquier político sabe que, si quiere hacer cambios o realizar proyectos importantes, tiene que hacerlo en su primer año de gobierno. ¿Es posible que López Obrador y su número y curtido equipo político no supieran eso? Poco probable.
Una posible respuesta es que estamos frente a un gran estratega político.
Que no alcanzamos a ver la agudeza y profundidad de su “plan C”. Que lo de menos es que se logren aprobar sus reformas: se busca otra cosa, algo que los simples observadores de la política no alcanzamos a ver.
Ricardo Pascoe acaba de publicar otra interpretación. Poco atractiva, por su simpleza. Pero menos atractiva por otra razón: puede ser cierta. Escribió el exembajador de México en Cuba: AMLO no hizo los cambios “porque no tiene un programa de gobierno. Gobierna frivolizando el poder.”
¿Puede no tener un programa de gobierno alguien que está en la política desde 1976? ¿Alguien que gobernó la capital del país y que ha sido tres veces candidato a la presidencia?
La respuesta puede ser positiva. Aunque desanime. Varios dichos presidenciales van en ese sentido: “gobernar es un asunto fácil”. “90% de lealtad (a su persona) y 10% de experiencia”
El único gobernante en la historia que tiene ruedas de prensa todos los días parece más interesado en promover su imagen, en ser visto y verse a sí mismo, que en las complejas artes de gobernar.
VicenteFox,quienquedómuchoadeber como presidente, tuvo una actitud más modesta. En una actitud controvertida contrató a empresas buscadoras de talentos para nombrar a algunos de sus secretarios. De ahí surgieron Julio Frenk y Xóchitl Gálvez, entre otros. No tenían lealtadalpresidente,perosíconocimientos y experiencia en el ámbito que se les encargó: salud pública el primero, cuestión indígena la segunda.
“Pura politiquería” es otra expresión con la que el presidente descalifica a sus críticos. Puede ser que esas dos palabras se queden como síntesis de su sexenio. Un político, y su grupo, interesados en acceder al poder y mantenerse en él. ¿Hay pobreza en este análisis, o la pobreza está en el grupo que nos gobierna?