La seguridad y los candidatos

Lo que miles de familias poblanas quisiéramos escuchar a partir de marzo cuando arranquen las campañas, es que algún candidato, del partido que sea, se arme de valor y ofrezca combatir la delincuencia, esa que le pega al ciudadano de a pie o al que viaja en el transporte colectivo.

Esa que encabrona cuando asaltan impunemente a vecinos como ocurrió en días pasados en Santa Cruz Buenavista,

perteneciente a la capital poblana, donde a través de un video nos enteramos de la libertad con la que operan los delincuentes que en unos minutos despojaron de sus pertenencias a varios transeúntes.

Da mucho coraje y lo que le sigue, ver cómo le arrebatan a esa gente trabajadora sus pertenencias, sin que estos nefastos sujetos puedan ser detenidos. Peor aún porque esto sucede a plena luz del día, y nos dimos cuenta que además agreden a los ciudadanos.

Por eso nos gustaría ver que en lugar de sacar provecho político, los funcionarios dejen la comodidad de sus oficinas para hacer algo al respecto. Está claro que faltan elementos de seguridad, pero también hay que pedirles ganas de hacer bien las cosas.

Las campañas políticas que están por iniciar son la gran oportunidad para escuchar propuestas serias y de fondo que además implique el compromiso para erradicar el grave problema de la inseguridad en los municipios metropolitanos, pero también para que los electores puedan razonar su voto y castigar a quienes no hayan cumplido.

Aestasalturas,yadebemostenermuy claroquienesfaltaronasuspromesashace poco más de dos años, y también quienes al menos hicieron su esfuerzo.

Por eso primero habría que participar el próximo 2 de junio, y que a través del sufragio sientan el látigo de nuestro desprecio como se dice coloquialmente, aquellos que utilizaron el cargo solo para enriquecerse.

En Puebla estamos viendo como se reciclan los políticos. Los que antes eran priistas ahora andan en Morena y los que quedan del PRI ahora van de la mano con el PAN, y eso a la gente le genera desconfianza.

No se trata de echar tierra o criticar a tal o cual aspirante o partido, y mucho menos asumir una postura a cambio de algún beneficio, porque desafortunadamente hasta ahora no hay ni a quien irle y como dice el dicho popular "están como la yunta de Silao...tan malo el pinto como el colorado".

Ya debemos tener claro quienes faltaron a sus promesas