¿Y dónde quedaron los líderes regios?
Monterrey se yergue como el área metropolitana más contaminada del planeta y literalmente estamos viviendo en una cámara de gas, cuyos efectos apenas estamos empezando a notar con el disparo de enfermedades respiratorias
Con preocupación venimos observando cómo, poco a poco, la calidad de vida en nuestra ciudad se ha venido deteriorando hasta el punto en que en los primeros fríos de este invierno hemos alcanzado la poco loable posición de líderes absolutosanivelmundialencuantoa la calidad del aire que respiramos.
Sí, Monterrey se yergue como el área metropolitana más contaminada del planeta y no solo eso, faltaba más, también está muy cerca de alcanzar el liderato mundial en cuanto a movilidad, estando próximo a ser la ciudad con el tráfico vehicular más congestionado y contar con uno de los servicios de transporte público más ineficiente del país.
Cuando uno reflexiona sobre estos hechos, la primera pregunta que viene a la mente es: ¿cómo llegamos hasta aquí?, ¿cómo es posible que nadie frenara este deterioro mucho antes de que alcanzara estas dimensiones?, ¿en dónde se perdió el rumbo?
Recuerdo que en los años cincuentas y sesentas había una población orgullosa, ordenada, disciplinada, que practicaba el ahorro, que gastaba frugalmente; con líderes, tanto en el gobierno como en la iniciativa privada, que cuando se requería hablaban fuerte, con firmeza, al punto que no solo eran escuchados en Monterrey, sino en toda la República si de asunto federal se trataba.
Eran líderes que no solo se preocupaban y ocupaban de los asuntos de sus empresas, de verlas prosperar, de cuidar la rentabilidad, la cuota de mercado de sus productos o el valor de capitalización de sus acciones, hacían eso y mucho más, se preocupaban por la correcta conducdemocracia, ción de los asuntos relevantes tanto a nivel local como nacional, del bienestar no solo de sus empleados, sino de su entorno, de su ciudad.
Basta con voltear nuestra vista hacia atrás para encontrar numerososejemplosdeposturasvalientes, decididas, firmes. Como cuando, una mañana fría del 5 de febrerode1936,laciudadentera amanecióensilencio,consus callesdesoladas,eltransporte público suspendido, ojo, las fábricas paradas, los comercios cerrados, tortillerías, panaderías cerradas en un movimiento solidario convocado por el Centro Patronal de Nuevo León en respuesta a la decisión arbitraria del entonces gobernador interino del estado, GregorioMoralesSánchez, quien pretendía darle entrada a una organización sindical con claras ideas comunistas.
O como aquel otro suceso que fue bautizado por el entonces presidente de la República Luis Echeverría Álvarez como “Los Encapuchados de Chipinque", refiriéndose a las reuniones que sostuvieron los empresarios de Monterrey a raíz del asesinato de don Eugenio y que desembocó en un enfrentamiento directo entre gobierno federal e iniciativa privada, lo que culminó en una publicación a plana entera en el periódico Tribuna de Monterrey cuestionando abiertamente, y cito: “¿hacia dónde nos llevan nuestros políticos demagogos, que cada vez vociferan y alardean más de los sistemas comunistas? ¿Por qué aguantarnos asaltos, robos, asesinatos, terrorismo?, etcétera”. Y como estos ejemplos se podrían recordar más, muchos más.
Hoy en día, por el contrario, ante el cúmulo de barbaridades que ha cometido el Presidente de la República, ante los despilfarros de sus proyectos absurdos, de sus ataques arteros a la la militarización, la incompetencia evidente en la administración pública, etcétera, ni quien levante la mano, que digo la mano, siquiera un dedo para cuestionar, para hacer una tímida sugerencia, nada, un silencio absoluto o deberíamos decir una sumisión total.
Y a nivel estatal, lo mismo; estamos para todo fin práctico sin gobernador, tenemos una persona que ha demostrado que, de hacer política, de eso nada; no ha sido capaz en el tiempo que lleva de alcanzar un solo acuerdo con el Poder Legislativo, ni para quién poner de fiscal, para la aprobación de presupuestos, etcétera; tenemos a un individuo indeciso que se lanza y a las dos semanas se regresa, que cuando se expresa usa un vocabulario propio de una persona que no tuvo oportunidad de cultivarse, de educarse; él dice que cursó tres doctorados… pues francamente no parece. Quiero hacer un llamado a las personas de la iniciativa privada que por los puestos y responsabilidades que ocupan, por sus conocimientos y los recursos con que cuentan, están en posición de ser escuchados y, con un poco de suerte, tomados en cuenta, que se animen a participar, pues, como dice el dicho, “no hay peor lucha que la que no se hace” y desde luego en casos extremos como el problema de la contaminación, en donde literalmente los regiomontanos estamos viviendo en una auténtica cámara de gas y cuyos efectos apenas estamos empezando a notar con el disparo de las enfermedades respiratorias y otras varias afecciones. En el mediano plazo tengan la plena seguridad que vamos a padecer una verdadera epidemia sin vacuna posible que nos proteja; es por ello que aquí sí, más que se justifican acciones mucho más agresivas, inclusive radicales como las de aquel febrero del 36, pues se estaría protestando por una causa absolutamente justa. Si luchamos por la democracia, que no luchemos por la salud de nuestros hijos, de nuestros nietos, por la salud de nosotros mismos.