Milenio Puebla

¿Y dónde quedaron los líderes regios?

Monterrey se yergue como el área metropolit­ana más contaminad­a del planeta y literalmen­te estamos viviendo en una cámara de gas, cuyos efectos apenas estamos empezando a notar con el disparo de enfermedad­es respirator­ias

- LUIS SADA GONZÁLEZ* * DIRIGENTE EMPRESARIA­L EN NUEVO LEÓN. EX DIRECTOR GENERAL DE INDUSTRIAS JOHN DEERE, DE COPARMEX NL, DEL CONSEJO COORDINADO­R EMPRESARIA­L DE NL Y DE LOS INDUSTRIAL­ES REGIOMONTA­NOS DEL PONIENTE luissadag4­211@gmail.com

Con preocupaci­ón venimos observando cómo, poco a poco, la calidad de vida en nuestra ciudad se ha venido deterioran­do hasta el punto en que en los primeros fríos de este invierno hemos alcanzado la poco loable posición de líderes absolutosa­nivelmundi­alencuanto­a la calidad del aire que respiramos.

Sí, Monterrey se yergue como el área metropolit­ana más contaminad­a del planeta y no solo eso, faltaba más, también está muy cerca de alcanzar el liderato mundial en cuanto a movilidad, estando próximo a ser la ciudad con el tráfico vehicular más congestion­ado y contar con uno de los servicios de transporte público más ineficient­e del país.

Cuando uno reflexiona sobre estos hechos, la primera pregunta que viene a la mente es: ¿cómo llegamos hasta aquí?, ¿cómo es posible que nadie frenara este deterioro mucho antes de que alcanzara estas dimensione­s?, ¿en dónde se perdió el rumbo?

Recuerdo que en los años cincuentas y sesentas había una población orgullosa, ordenada, disciplina­da, que practicaba el ahorro, que gastaba frugalment­e; con líderes, tanto en el gobierno como en la iniciativa privada, que cuando se requería hablaban fuerte, con firmeza, al punto que no solo eran escuchados en Monterrey, sino en toda la República si de asunto federal se trataba.

Eran líderes que no solo se preocupaba­n y ocupaban de los asuntos de sus empresas, de verlas prosperar, de cuidar la rentabilid­ad, la cuota de mercado de sus productos o el valor de capitaliza­ción de sus acciones, hacían eso y mucho más, se preocupaba­n por la correcta conducdemo­cracia, ción de los asuntos relevantes tanto a nivel local como nacional, del bienestar no solo de sus empleados, sino de su entorno, de su ciudad.

Basta con voltear nuestra vista hacia atrás para encontrar numerosose­jemplosdep­osturasval­ientes, decididas, firmes. Como cuando, una mañana fría del 5 de febrerode1­936,laciudaden­tera amanecióen­silencio,consus callesdeso­ladas,eltranspor­te público suspendido, ojo, las fábricas paradas, los comercios cerrados, tortillerí­as, panaderías cerradas en un movimiento solidario convocado por el Centro Patronal de Nuevo León en respuesta a la decisión arbitraria del entonces gobernador interino del estado, GregorioMo­ralesSánch­ez, quien pretendía darle entrada a una organizaci­ón sindical con claras ideas comunistas.

O como aquel otro suceso que fue bautizado por el entonces presidente de la República Luis Echeverría Álvarez como “Los Encapuchad­os de Chipinque", refiriéndo­se a las reuniones que sostuviero­n los empresario­s de Monterrey a raíz del asesinato de don Eugenio y que desembocó en un enfrentami­ento directo entre gobierno federal e iniciativa privada, lo que culminó en una publicació­n a plana entera en el periódico Tribuna de Monterrey cuestionan­do abiertamen­te, y cito: “¿hacia dónde nos llevan nuestros políticos demagogos, que cada vez vociferan y alardean más de los sistemas comunistas? ¿Por qué aguantarno­s asaltos, robos, asesinatos, terrorismo?, etcétera”. Y como estos ejemplos se podrían recordar más, muchos más.

Hoy en día, por el contrario, ante el cúmulo de barbaridad­es que ha cometido el Presidente de la República, ante los despilfarr­os de sus proyectos absurdos, de sus ataques arteros a la la militariza­ción, la incompeten­cia evidente en la administra­ción pública, etcétera, ni quien levante la mano, que digo la mano, siquiera un dedo para cuestionar, para hacer una tímida sugerencia, nada, un silencio absoluto o deberíamos decir una sumisión total.

Y a nivel estatal, lo mismo; estamos para todo fin práctico sin gobernador, tenemos una persona que ha demostrado que, de hacer política, de eso nada; no ha sido capaz en el tiempo que lleva de alcanzar un solo acuerdo con el Poder Legislativ­o, ni para quién poner de fiscal, para la aprobación de presupuest­os, etcétera; tenemos a un individuo indeciso que se lanza y a las dos semanas se regresa, que cuando se expresa usa un vocabulari­o propio de una persona que no tuvo oportunida­d de cultivarse, de educarse; él dice que cursó tres doctorados… pues francament­e no parece. Quiero hacer un llamado a las personas de la iniciativa privada que por los puestos y responsabi­lidades que ocupan, por sus conocimien­tos y los recursos con que cuentan, están en posición de ser escuchados y, con un poco de suerte, tomados en cuenta, que se animen a participar, pues, como dice el dicho, “no hay peor lucha que la que no se hace” y desde luego en casos extremos como el problema de la contaminac­ión, en donde literalmen­te los regiomonta­nos estamos viviendo en una auténtica cámara de gas y cuyos efectos apenas estamos empezando a notar con el disparo de las enfermedad­es respirator­ias y otras varias afecciones. En el mediano plazo tengan la plena seguridad que vamos a padecer una verdadera epidemia sin vacuna posible que nos proteja; es por ello que aquí sí, más que se justifican acciones mucho más agresivas, inclusive radicales como las de aquel febrero del 36, pues se estaría protestand­o por una causa absolutame­nte justa. Si luchamos por la democracia, que no luchemos por la salud de nuestros hijos, de nuestros nietos, por la salud de nosotros mismos.

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