Los piperos y la corrupción
La mayoría de las empresas que se dedican al abasto de agua a través de las llamadas pipas, operan, si no en ilegalidad, con permisos otorgados por la Conagua y sin pagar por la extracción del líquido.
Se ha preguntado estimado lector, ¿cuántos cientos de miles de litros desplazan esos carro-tanques por toda el área metropolitana, y de dónde salen éstos para abastecer a miles de hogares que en esta entidad no cuentan con el servicio?
La delegación de la Comisión Nacional del Agua debería hacer un ejercicio de transparencia y decirnos a los ciudadanos, cuáles de esas empresas trabajan al margen de la ley.
Por darle un ejemplo, una de las más conocidas y que mayor número de unidades tiene circulando es Pipas Palacios, una empresa ubicada en una casa por rumbo del Camino Real donde todo el día salen miles de litros sin control alguno.
O si existe alguna autoridad que lleva el registro que lo digan, porque en principio la delegada de la Conagua no sabe que el permiso del señor Palacios, quien se ha vuelto millonario extrayendo agua de manera indiscriminada, no cuenta con el registro para abastecer a hogares y sólo a negocios.
Los que conocen del tema pueden diferenciar entre una licencia y otra,
¿Cómo explicar la impunidad con la saquean el subsuelo?
por lo que en un sentido estricto está trabajando en la ilegalidad, y ante la complacencia de las autoridades federales, a quienes les compete el asunto.
A ojo de buen cubero, las empresas que surten el preciado líquido a nuestros hogares, obtienen ganancias millonarias de las cuales seguramente una buena parte de ellas van a parar a manos de algún funcionario corrupto, que gana dinero con recursos naturales propiedad de la nación.
Si no como explicar la impunidad con la que andan por la calle provocando accidentes, y saqueando el subsuelo sin que alguien les ponga un alto. La pregunta que muchos se hacen es si ¿algún día un político decente, que los debe haber les pone un alto? Este es uno de los muchos ángulos
_ de la corrupción en nuestra entidad, porque mientras en el territorio mexicano hay regiones que sufren por la crisis hídrica, en Puebla solapan la extracción irregular a cambio de jugosas ganancias.