Bala termina con sueños
Una bala perdida, de acuerdo con las autoridades policiacas de Nueva York, Estados Unidos, terminó con la vida de Obed Beltrán Sánchez, poblano originario de Tehuacán, que estaba en el lugar y en el momento equivocados.
El migrante poblano que estaba en busca de cumplir el “sueño americano” se dedicaba a la construcción en el país vecino del norte, como muchos otros migrantes que están participando en diferentes actividades económicas.
En tiempos postpandémicos, centenas de poblanos salieron de sus comunidades de origen con el objetivo de trabajar en Estados Unidos, ahorrar algunos dólares y mandarlos a sus familias en busca de que mejoren sus condiciones de vida.
Hace ocho meses, el migrante poblano cruzó la frontera norte de México y llegó hasta Puebla York, como se le conoce en México a la ciudad norteamericana en la que existe una gran cantidad de paisanos.
A las 16:30 horas del lunes 12 de enero, el tiempo se detuvo para la comunidad migrante. Un tiroteo terminó con la vida de un poblano en la estación del metro Mount Eden, en el Bronx de Nueva York.
La información, de inmediato, puso en alerta a miles de familias en Puebla que cuentan con alguno de sus integrantes en Estados Unidos y, en particular en Nueva York, uno de los principales destinos de los poblanos.
Con el paso del tiempo, la información fue fluyendo y se supo que se trató de una persona originaria de Tehuacán y más tarde se supo que se trataba de Obed Beltrán, un poblano, como muchos otros, con múltiples sueños.
La bala perdida impactó en el cuerpo de Obed Beltrán, quien deja a una viuda y en la orfandad a dos menores de edad. En este caso, se conoció el nombre de la víctima de la violencia en Estados Unidos; sin embargo, en muchas otras ocasiones, los migrantes pierden la vida y no hay manera de identificarlos.
No se puede perder de vista que, una gran cantidad de migrantes obtienen una documentación falsa y cuando se presenta un accidente es imposible encontrar la verdadera identidad.
El caso de Obed es un llamado para que las familias poblanas vuelvan a establecer contacto con sus seres queridos y, al mismo tiempo, es una exigencia para que las autoridades de los tres niveles de gobierno revisen lo que desencadena la migración.
Apenas hace ocho meses, el poblano cruzó la frontera