Otis: 32 familias siguen en busca de sus parientes desaparecidos
A cuatro meses del paso del huracán sigue la fe en encontrar a padres, hermanos y esposos que tripulaban las embarcaciones ancladas en el puerto, donde se han realizado 77 acciones de rescate por aire, mar y tierra
La mayoría trabajaba en embarcaciones privadas. Sus familias afirman que no se van a rendir hasta encontrarlos y hay quienes tienen esperanza de que algunos se encuentran vivos ya sea hospitalizados, en las calles o incluso en una isla afuera de la bahía de Acapulco.
Se trata de 32 personas que no han sido localizadas tras el impacto del huracán más fuerte que ha sufrido Acapulco y que dejó 52 fallecidos, según cifras oficiales.
Stephany busca a su padre, Demetrio, capitán de la embarcación Sereno.
“Mi papá nos marcó a las 9 de la noche diciendo que estaba muy fuerte el mar, que iba a resistir un poco; habló con mi mamá y le encargó mucho a mi abuelita paterna. Fue la única llamada que tuvimos con él”, narró a MILENIO.
Para los marineros es normal quedarse en las embarcaciones cuando hay tormentas o huracanes pero nunca imaginaron la fuerza de Otis.
“Mi papá era un hombre divertido que le gustaba ir a pescar con nosotras. A diario nos llevaba a los barcos; incluso ese mismo día yo estaba con mi papá, fuimos a la casa a comer juntos y el asistente del patrón le estaba marque y marque para que ya se fuera al mar a sacar el barco y fue el último día que lo vimos”.
En varias ocasiones Stephany ha sido víctima de engaños sobre el paradero de su padre que le han hecho recorrer hospitales en Chilpancingo, Cuernavaca y la Ciudad de México.
“Fuimos a buscarlo a Pie de la Cuesta. Incluso nos dijeron, nos mandaron un mensaje diciendo: “Tu papá está en un hospital de la Ciudad de México”. Nosotros viajamos a Chilpancingo, a Cuernavaca, a la capital del país buscándolo. Nunca paramos pero en ningún centro médico estaba… nunca vamos a parar hasta encontrarlo”, dice esperanzada.
Una isla como refugio
Abigail Andrade, quien integraba la tripulación del yate Litos, desapareció junto con otros tres com“He pañeros. Su familia la busca y pide que se amplíen los recorridos con la Marina afuera de la bahía.
“Ese día ella se fue a su trabajo, entró a las 8 de la mañana como era su rutina, pero ese día, por la cuestión de que se acercaba el huracán, hubo indicaciones de que los trabajadores tenían que quedarse en la embarcación, relató Enrique, hermano de Abigail.
“Al correr riesgo, luego que un buque de la Marina se soltó, ellos deciden moverse de la base naval hacia Puerto Marqués pero ahí, en un punto conocido como Punta Bruja, a las 12:20 aproximadamente, empezaron a pedir auxilio por radio. Esto quedó grabado y lo escucharon en la misma base naval porque está ligada a la radio, lo oyeron también en otras embarcaciones porque es una sola línea pero desgraciadamente no fue la única nave que pedía auxilio”, cuenta su hermano.
Enrique acude a todas las búsquedas de las que se entera y aunque han pasado ya cuatro meses, no pierde la esperanza de que su hermana haya logrado llegar viva a un punto fuera de la bahía.
pedido muchas veces a la Marina que haga un recorrido fuera de la bahía, mar adentro, porque si no se ha encontrado una balsa, que es para 12 personas, entonces en algún punto pueden estar… Yo no pierdo la esperanza, la fe de que ellos pudieran estar mar adentro, en alguna isla a lo mejor”, enfatiza.
El terror de esa noche no solo se vivió en altamar pues el huracán casi cobra la vida de los hijos de Abigail que se encontraban en un segundo piso. Para poder evacuarlos fue necesario hacer un boquete en el piso para llegar primero a la planta de abajo. Toda la habitación se inundó y se volaron todas las láminas. Ahora su casa se encuentra vacía y solo en una esquina se puede ver un cuadro con su foto y una cruz.
Sin rastro de Federico
Marlene Tenorio busca a su esposo Federico Gómez, quien era parte de la tripulación del conocido AcaRey, el cual fue encontrado destruido.
“Ese día fue un martes, le pidieron que trabajara y se presentó a laborar y desde entonces no hemos sabido nada de él, lo hemos estado buscando pero hasta la fecha no sabemos… ya van para cuatro meses que ni siquiera hay rastro de mi marido”.
Recuerda con cariño a su esposo al destacar su personalidad alegre. Con tristeza pide al gobierno federal que no se suspenda la búsqueda y se remuevan embarcaciones hundidas para localizar cuerpos que podrían estar atrapados dentro de ellas.
“En Playa Cocos hay bastante basura, hay lanchas que no se han movido, debajo de ellas puede ser que todavía haya cuerpos atrapados, puede ser también que esté mi marido”, expresó mientras contiene las lágrimas.
De acuerdo con el gobierno federal, se han realizado 77 búsquedas: 48 marítimas, 19 en tierra y 10 aéreas. Se utilizan drones submarinos, ecosondas y embarcaciones especializadas. Además, 70 buzos han realizado 7 mil 93 inmersiones, pero a pesar de todo, continúan cuatro embarcaciones desaparecidas y 32 personas sin localizar.
Stephany ha sido víctima de engaños que le han hecho ir a hospitales en Guerrero, Morelos o Ciudad de México