Los nuevos huachitalamontes
La riqueza forestal de la región es una oportunidad de subsistencia para cientos de habitantes en los poblados cercanos a los parques nacionales de La Malinche, el Izta-Popo y las diferentes zonas serranas de Puebla.
Por esa misma razón, y como dice el refrán popular “la ocasión hace al ladrón” para que las bandas de delincuentes aprovechen las facilidades y así extraer de manera ilegal toneladas de madera y otros recursos naturales como sucede en Tehuacán donde sustraen miles de plantas de agave.
Este martes mi compañero Carlos Morales realizó un recorrido junto con un grupo de comuneros de la zona de La Malinche, quienes denunciaron la desatención por parte de las autoridades ante el incremento de la tala clandestina que ellos mismos deben combatir.
Las ganancias de estos criminales deben ser tan jugosas que han convertido su actividad delictiva en su modo de vida, y lo peor del caso es que están causando un grave impacto en el ecosistema que a su vez traerá consecuencias hasta en el cambio climático.
Estos infames sujetos constituyen toda una industria, pues para eso deben instalar sus aserraderos y toda la logística que implica, y ni la Guardia Nacional, ni las policías municipales, ya no digamos la Profepa, hacen algo al respecto.
Han convertido su actividad delictiva en su modo de vida
El gobierno federal parece más preocupado porque sus candidatos ganen la elecciónygarantizarlacontinuidaddesu proyecto político, que en la conservación del medio ambiente, y eso provoca que los niveles de contaminación y la falta de agua están en niveles alarmantes.
Los medios de información como Multimedios Puebla sí estamos comprometidos con la sociedad, y con todo lo que a esta le afecte. Lo asumimos como parte de nuestra responsabilidad y por ello seguiremos dándole voz a quienes padecen esta situación en carne propia ante la inacción de la autoridad. Si bien es cierto que la obligación principal recae en el ámbito de la federación por ser recursos protegidos por la nación, a nivel estatal el gobierno puede coadyuvar con esas instancias al menos dando seguimiento a las quejas de los afectados. Estamos ante la comisión de un delito que tiene décadas y si para poner atención debemos bautizarlo como huachitalamontes, lo llamaremos así.