Migración, sinónimo de esperanza
Apesar de las adversidades y de las complicaciones que enfrentan todos los días, la migración y todas las personas ligadas a ella, tanto quienes se van como quienes se quedaron, se traducen en los sinónimos de esperanza y fortaleza.
Los migrantes poblanos que ya son más de 2.8 millones en Estados Unidos, son parte fundamental de la economía de aquel país y, al mismo tiempo, el sostén de miles de familias que están recibiendo remesas de manera continua en las zonas expulsoras ubicadas en la zona metropolitana de Puebla, en la región de Cholula, en la Sierra Mixteca y en la Sierra Negra, entre otras.
Sin importar que esté en riesgo su integridad y hasta su vida, los llamados “sin papeles” están dejando “todo en el terreno de juego”, como reza una frase en el futbol. No dejan nada para los tiempos extra o para los penales porque están dispuestos a ganar en el tiempo reglamentario en el terreno de juego.
Algunos saben que se están enfrentando al rival más fuerte de la competencia; sin embargo, no se “agüitan” ni se echan para atrás. Su misma situación los motiva para salir en busca de la victoria, de los goles que se traduzcan en una mejor calidad de vida para ellos mismos, pero, sobre todo, para sus familiares.
La esperanza muere al último para los menores de edad, mujeres y hombres
Los llamados “sin papeles” dejan “todo en el terreno de juego”
que salieron de sus hogares con el objetivo de cumplir el llamado “sueño americano” y que esperan, en algún momento, mandar recursos o regresar al mundo del que salieron.
Las violaciones a sus derechos; las agresiones de diferentes policías y otras autoridades; los abusos de grupos delictivos en su camino hacia el país vecino del norte; las complicaciones que viven en Estados Unidos y hasta las agresiones de paisanos e integrantes de la sociedad civil, son como las marcaciones equivocadas del árbitro de un parito de futbol; sin embargo, pese a todo, no se rendirán y buscarán demostrar que quieren meter los goles necesarios para ganar.
Al final, los migrantes, con las remesas
_ que siguen mandando y con su fortaleza en cada actividad que desempeñan, son un ejemplo y, al mismo tiempo, una enseñanza de que en la vida como en el fútbol, todo es posible, hasta ganar el partido más complicado.