Inician campañas
El viernes pasado empezaron las campañas de las elecciones federales. El escenario inicial es claro: una candidata con una amplia ventaja, otra en segundo lugar y un candidato muy alejado de ambas.
Las encuestas que reportan estos datos sin duda son serias. Hay que recordar que no son pronósticos, sino fotografías. Y no fotografías de cómo quedaría hoy la elección, sino como respondieron los encuestados. En casi todas las encuestas en México hay un sesgo a favor del grupo en el poder. Algunos ciudadanos respondemos con temor a quien nos llama por teléfono o acude a nuestra casa, y no siempre respondemos con la verdad.
Esos datos pueden cambiar. Van a cambiar. La cuestión es qué tanto. Las campañas y los debates pueden incidir. Ese es su objetivo. Si todo se va a poner peor, como anunció el presidente, puede que ese deterioro también incida. Aunque no sabemos cómo.
Sobre la conformación del poder legislativo no conozco encuestas. Tampoco datos sobre qué porcentaje de mexicanos dividen su voto. Si todos los mexicanos votáramos por el mismo partido para ejecutivo y legislativo, podríamos tener un 55% de legisladores para el grupo en el poder; 35% para la coalición opositora y un 10% para MC. Algo no muy distinto a lo actual.
Lo más incierto es si, gane cualquiera de las dos candidatas, contará con el apoyo de los partidos que la postularon. Morena está unido por un solo factor: López Obrador. No será fácil transferir su carisma. Lo más probable es que el partido se fragmente y debilite a la próxima presidenta.
Como especulación, pero con bases, se habla de dos escenarios posibles para Sheinbaum: el de Lázaro Cárdenas y el de Pascual Ortiz Rubio. En el primero gobernaría de manera autónoma de AMLO. En el segundo sería hecha a un lado.
No es claro cuál será el peso del PRI, PAN y PRD en el legislativo, ni si apoyarían a Xóchitl. El PRI parece tener una dirigencia autodestructiva. La selección de candidatos ha dejado que desear (en términos de popularidad y posibilidades de triunfo). En estados como Puebla ha dado lugar a una desbandada.
El PAN, a pesar de los errores y la extraña discreción de su dirigencia nacional, mantiene algo de voto duro que lo puede hacer el partido menos pequeño de los pequeños. Y quizá sería el más disciplinado si su candidata gana. El PRD da pocas señales de vida.
Pero hay que observar y esperar.
La dirigencia del PRI parece ser autodestructiva