Muy fundadores, pero bien perdedores
En la guerra, en el amor y en las elecciones todo se vale, especialmente para ser electos sin trayectoria dentro del instituto que fue creado por Andrés Manuel López Obrador en 2011 como asociación civil y en 2014 como partido político, es decir, en Morena.
Solo en el seno de la ingenuidad, no se quiere reconocer desde dentro, lo que desde fuera era evidente:
Morena y sus aliados necesitan garantizar la continuidad de un proyecto político al que le urge consolidarse sin la mano determinante del propio López Obrador; hasta él mismo lo entiende, pero no así, los grupos idealistas y románticos que creen que solo por sus ideales podrían arrasar en las urnas.
En el 2018, Morena y sus candidatos lograron triunfos abrumadores porque AMLO estaba presente en la boleta, pero en esta ocasión, después de 18 años, "don Peje" no aparecerá en una elección de tal importancia.
Por eso, la apuesta es garantizar perfiles que sumen votos y prometan triunfos, en lugar de aquellos que se creen dueños del partido solo por haber iniciado en él, hace una década.
Las palabras de Claudia Sheinbaum el pasado fin de semana en Puebla fueron estridentes, sinceras y realistas ya que ante los señalamientos de la imposición de candidatos llamados “chapulines” en Morena, la candidata presidencial justificó que esto se debe a que los fundadores del partido no ganan encuestas, mientras que los recién llegados a la 4T, sí lo hacen.
A horas de que se den a conocer los cuadros que competirán por alguno de los municipios del estado o de los 26 distritos locales, vendrán las inconformidades, los pataleos y sombrerazos, pero porque no entienden que en la elección del 2 de junio, se pone en juego la continuidad del lopezobradorismo, también llamado “segundo piso de la transformación”.
Y para muestra los perfiles que encabezan la candidatura a la gubernatura de Puebla y a la alcaldía capitalina. Aún cuando muchos quisieron atacarlos por su pasado político, resultó ser esa su mayor fortaleza.
Y aquellos puros o fundadores (el que escribe estas líneas sabe de eso) que se creen dueños del partido, no entienden que si se tiene que recurrir a perfiles de otras fuerzas políticas con mayor experiencia, es porque su inmadurez no garantiza el triunfo electoral.
Las palabras de Sheinbaum fueron estridentes y realistas