Liderazgo no es posición; yo no soy pianista por tener un piano
Veo muchos puestos de liderazgo y de transformación que están ocupados por gente incompetente y buena por un lado, o gente capaz y sin escrúpulos por otro
He estado muy tentado a escribirles sobre la coyuntura y la crisis de liderazgo político-social, así como el cinismo con el que se presentan nuestros actores en campaña para salvar a nuestro querido México del profundo caos que ellos mismos crearon.
Después de una increíble sesión que un ilustre amigo, el ingeniero Jorge Antonio Zárate Montaño, nos impartió en el Instituto de Liderazgo y Valores, que hoy me toca dirigir; decidí que sería muchísimo más útil para mi país y para lectores tan valiosos como ustedes compartirles lo aprendido verbalizando algunas notas y reflexiones.
De mis notas les puedo parafrasear que algunos definen el éxito o el liderazgo en términos de riqueza, prestigio y popularidad.
En entregas pasadas, les he compartido mi entendimiento de la problemática de valores y de liderazgo por la que atravesamos; ya que lamentablemente, nuestros líderes reducen el éxito y el liderazgo a cosas meramente externas como unos ceros de más en la cuenta, un puesto como una silla presidencial, o tener los reflectores encima; cuando yo considero que el éxito es algo muy profundo, trascendente y personal.
“Las personas fuimos creadas para ser amadas y las cosas para ser usadas. Hoy amamos más las cosas y usamos más a las personas”
Algunos, al día de hoy, siguen borrachos de fama y poder. Para mí, y lo digo con profundo respeto, pero con la fuerza y responsabilidad de quien se sabe ciudadano, nuestro actual líder, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pasará a la historia de México como el presidente que no pudo con el pasado y que “calderonizó” toda su incompetencia para resolver los temas de fondo.
“No queremos a los líderes por quienes son, sino por cómo hacen que nos sintamos”
Hoy me hacen sentir “chairo” o “fifí”, “machista” o “feminista”, “chiva hermano” o “americanista”, “güero” o “moreno”. Yo soy mexicano y busco liderazgos de unidad.
De mis notas tomadas de la Master Class que les referí y la meditación a posteriori, entendí que la génesis de esta crisis de valores se deriva porque dejamos de ver la abundancia de oportunidades que pasan frente a nuestras narices y por no asumir actitudes de liderazgo personal.
Por eso nos convierten y nos dejamos convertir en lo que otros quieren que seamos (borregos en un rebaño que presume cambio).
Para que esto no suceda, debemos preguntarnos con seriedad y humildad cómo desarrollar el liderazgo personal y comunitario en nuestras vidas.
Aquí algunas ideas:
“Hacer a otra persona sentirse bien es la esencia pura del liderazgo”
La gente jamás te recuerda por lo que dices sino cómo los hiciste sentir con aquello que dijiste. Por eso el líder debe, desde el puesto que ocupe, inspirar y no atemorizar, dejar huellas y no cicatrices.
De mi amigo Roberto Mourey recuerdo aquella frase en el Diplomado de Mettaliderazgo Self que me ha acompañado en mis últimos años de vida:
“Liderazgo no es posición. Yo no soy pianista por tener un piano”
Así veo hoy, muchos puestos de liderazgo y de transformación, que están ocupados por gente incompetente y buena por un lado, o gente capaz y sin escrúpulos por otro. ¡La verdad ya no sé que es peor!
“Hemos perdido nuestra capacidad de asombro, nuestro niño interior”
Tenemos que volver a capturar el entusiasmo por la vida que de manera natural tenemos en la niñez, por su abundancia, y por sus oportunidades.
Triste aquel líder que pierde su capacidad de asombro y su capacidad creativa; triste líder aquel que se deja atar a cadenas invisibles, como aquel elefante de circo, que de pequeñito lo ataron con una cadena a una estaca, y que de grande se siente atado y con miedo, aunque que tenga en él la fuerza de que con una patada pueda arrancar todas las estacas del circo.
Así miles de mexicanos están atados a dádivas sociales y asistenciales vendiendo la democracia y su libertad a narrativas cargadas de ideología y resentimiento por unos pesos, una torta y un refresco.
Creo que es muy útil hacer una parada en el camino y detenerse a pensar acerca del pasado para entender y valorar el cómo y por qué llegamos a ser lo que hoy somos; para saber dónde estamos ahora, y para saber a dónde queremos llegar.
Reflexionemos acerca de cuáles son nuestras necesidades, objetivos, deseos y aspiraciones. Eso nos dará la motivación y el conocimiento para fijar las metas pertinentes y fijar el rumbo y el ritmo hacia el éxito.
El éxito es comprometerse a lograr una meta en base a la autoconfianza y a la capacidad de asumir nuestra responsabilidad.
“El éxito y el liderazgo son 1% inspiración y 99% transpiración”
La crisis no es de aptitud (talento sobra), la crisis es de actitud (esfuerzo y tenacidad).
Nos urge en México y en Latinoamérica mejores liderazgos y eso no sucederá si no cambiamos la narrativa de conquistados y nos emancipamos de esta narrativa de víctima y de “jodidos” que tenemos.
Miguel Ángel Zunzunegui dice en su libro “Los mitos que nos dieron traumas”:
“Seguimos aferrados a la idea de que el colectivo puede hacer, el colectivo no puede hacer nada, es una masa amorfa que no piensa; el individuo que se libera del colectivo puede ser pensante, creativo, dinámico. El único cambio posible es la transformación individual. Decimos: yo no tengo nada que cambiar, yo estoy bien, que cambien los otros y que México siga siendo igual, porque cada mexicano sigue pensando lo mismo, que cambien los otros”.
En México y Latinoamérica urgen mejores liderazgos y no sucederá si no cambiamos la narrativa
Recordemos por último:
1. El compromiso hacia lo que es importante para uno es lo que establece el éxito. (Prioridades)
2. El progreso se mide comparando lo que usted es con lo que puede llegar a ser. (Hacer lo correcto correctamente)
3. Cristaliza tus metas: Imagínalas de forma que casi la puedas sentir con los 5 sentidos externos y los 4 internos (Memoria, Fantasía, Imaginación y Sentido Común )
4. El éxito es un camino de formación de actitudes y hábitos, no un lugar de destino llamado “zona de confort”
5. Actitud de éxito es permanecer impávido ante la adversidad, rehusarse a ser gobernado por el exterior o por lo que opinan los demás.
Ojalá que estas ideas le sean de utilidad, queridos lectores.