Poblanos procesionan con palmas
Los fieles salieron desde la Capilla del Sagrario, ungidos con agua bendita, para peregrinar liderados por Monseñor Tomás López Durán y Francisco Javier Martínez Castillo
Durante el Domingo de Ramos, los poblanos se dieron cita desde muy temprano en la Catedral de Puebla para participar en la tradicional procesión que se lleva a cabo cada año en el atrio de este inmueble religioso, así mismo, asistieron a la misa y bendición de las palmas y ramos de olivo.
Los fieles creyentes salieron desde la Capilla del Sagrario, donde fueron ungidos con agua bendita para después procesionar, liderados por Monseñor Tomás López Durán y Francisco Javier Martínez Castillo. En la plancha de la Catedral entonaron el canto de “Viva Cristo Rey” y realizaron oraciones por la humanidad.
Familias completas llegaron minutos antes para comprar una palma que comercializaron artesanos de la entidad desde los 25 a los 80 pesos, según el tamaño y diseño que pueden ser simples o complejos, y podían ser de Jesús Nazareno en la Cruz, un trenzado o la silueta de la Virgen María.
Durante la misa, el monseñor Tomás López Durán, explicó que esta celebración anuncia la llegada de la Semana Santa, por lo que se realiza la bendición de Ramos, en el sexto domingo de la Cua
resma, con la cual se conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, quien fue recibido en este lugar por sus habitantes, quienes agitaron sus palmas y ramos mientras él montaba un burro en su llegada.
“Jesucristo, quien padeció, murió y resucitó para liberarnos de las cadenas del pecado y darnos
el poder maravilloso de ser hijos de Dios, participes de su vida plena y eternamente feliz, que consiste en amar”, dijo monseñor.
Tras la eucaristía, los poblanos se acercaron para recibir la bendición, así como para que las palmas fueran rociadas con agua bendita, mismas que posteriormente son colocadas en las entradas de los hogares.
Adultos mayores y niños, son los dos sectores que más acudieron
_ a esta celebración religi osa, en entrevista, anunciaron que es un periodo de reconciliación, una nueva oportunidad de cambiar y de reflexionar para ser mejor persona en favor de la sociedad.