Caso Acatzingo: ¿nos alcanzó la realidad?
Los casos de políticos asesinados no son algo nuevo en México. Como ejemplo, el pasado 23 de marzo se cumplieron 30 años del homicidio del candidato presidencial priista, Luis Donaldo Colosio.
Sin embargo, en las últimas dos elecciones, en 2018 y 2021, la violencia penetró con mayor dinamismo en los procesos electorales; aspirantes y candidatos han perdido la vida a manos de criminales, lo cual constituye en principio, una amenaza para la democracia del país.
En Puebla, el asesinato de Jaime González López, quien iba a iniciar su campaña para la presidencia municipal de Acatzingoenunasemana,ademásdegenerar indignación, debe despertar preocupación y atención para que las elecciones no se vean manchadas por la violencia que, anteriormente solo veíamos en estados del norte y sureste del país.
Lo que se necesita es un análisis objetivo,realyconcretopara identificar y reconocer losfocosrojos,yreforzar la estrategia de seguridad en esos lugares para evitarquelosgruposdelictivosdesestabilicenel proceso electoral actual.
Negar le realidad no es la solución, ya que el crimen contra un político en Pueblanoesalgonuevo,aunquesíespococomún. Por ejemplo, en 2018 fue asesinada Juany Maldonado, quien en aquel entonces era candidata a diputada local del PVEM por el distrito de Huauchinango.
Junto a ella también falleció la entonces regidora Erika Cázares. El gobierno de Antonio Gali se comprometió a esclarecer los hechos, pero al final nunca se obtuvieron resultados contundentes, sino más bien respuestas a medias.
A nadie le conviene que el escenario político-electoral se vea contaminado por manifestaciones de violencia. Lo que se necesita es el pronto esclarecimiento de los hechos y reforzar los trabajos de inteligencia del Estado para que un caso como el del pasado sábado no vuelva a ocurrir, ya que uno de los efectos de la inseguridad electoral es el temor que puede sembrarse entre los votantes para salir a las urnas el 2 de junio.
Por cierto, quienes aseguran que González López era “candidato del candidato”, se equivoca; su cercanía estaba más próxima a la región de Tepeaca y de quien ahí nació.
A mediados de mes, se tenía registro de 22 personas ligadas a la política que habían sido asesinadas en diversos puntos del país; de estas, por lo menos 10 eran candidatos a algún cargo de elección popular.
Las elecciones no se deben ver manchadas por la violencia