Milenio Puebla

Generación Z encabezará a la Unión Tepito

Tras la caída de El Chori, el liderazgo de la banda delincuenc­ial está recayendo en menores de 30 años como El Elvis, Los Paraguayos y La Canica, de acuerdo con mandos policiales de CdMx

- ÓSCAR BALDERAS CIUDAD DE MÉXICO

Ala Unión Tepito le está creciendo una cabeza que preocupa a la policía de Ciudad de México; es un brote que aumenta de tamaño cada vez que las autoridade­s dejan momentánea­mente acéfalo al cártel capitalino y un fundador es detenido o un rival asesina a un miembro de la vieja guarida: es la cabeza de una nueva camada de líderes que no superan los 25 años y cuyos perfiles son más sanguinari­os e impredecib­les.

MILENIO conversó con mandos de la Secretaría de Seguridad de Ciudad de México que han hecho operativos contra la Unión Tepito y hablan con angustia del cambio en la edad de los nuevos “capitanes” del crimen organizado, quienes serán el dolor de cabeza de la próxima administra­ción capitalina.

“Nuestrasin­vestigacio­nesarrojan que, cuando alguien sube de puesto, deben designar en ese momentoaqu­ienlovaare­emplazarsi loagarramo­solomatan,asíqueen cuestión de horas se hace la sucesión; es una estructura parecida a la mafia italiana”, cuenta un mando policial con más de 10 años de experienci­a enfrentand­o al cártel fundado en 2010.

“El problema es que los nuevos jefes son muy jóvenes y no tienen los grandes currículos criminales de la vieja guardia, así que lo compensan con violencia; a falta de experienci­a, ofrecen balazos. No saben negociar, no saben hacer acuerdos, solo dejan sangre por donde van”, añade.

Por ejemplo, cuenta, no habían pasado ni 48 horas desde la detención de Eduardo Ramírez Tiburcio, El Chori —quien durante dos años fue el jefe y canciller de la Unión Tepito—, cuando la policía capitalina supo que ya estaba operando su sucesor, El Elvis, un treintañer­o con fama de matón desde que pasó sus años como adolescent­e en la antigua tutelar de menores en San Fernando, al sur de la capital.

“El Elvis es correjero, es deque cir, un chavo que puede presumir que estuvo en una correccion­al… en el barrio eso es ser un héroe, un rockstar, alguien que fue a la guerra y que regresa como hijo pródigo; lo siguen muchos chavitos y él ha aprendido a reclutarlo­s… esos son sus sucesores”, platica otro mando cuyo cuadrante abarca la Lagunilla.

Como él, los uniformado­s saben que El Elvis está acompañado de un grupo que la policía llama Los Paraguayos, es decir, matones y extorsiona­dores que tienen entre 14 y 25 años que se curtieron en las vecindades de la calle República de Paraguay de Centro Histórico, a unos metros de Palacio Nacional, donde la Unión Tepito tiene cuartos de tortura para doblegar a los comerciant­es que se niegan a pagar el derecho de piso.

“Hay una vecindad histórica, la 62 en Paraguay, que es como un laberinto; ahí no se puede entrar más que con un operativo grande, muy pesado, y de ahí está sacando gente la nueva dirección de la Unión Tepito para fortalecer a El Elvis; la mayoría nació del 2000 para acá”, cuenta otro mando policial.

Enseguida, saca su teléfono y muestra fotografía­s que ha tomado a la distancia con ayuda de una mirilla telescópic­a: afuera de la vecindad 63 en Paraguay hay decenas de menores de edad con gorras que les ocultan la cara y que simulan estar distraídos en sus celulares, cuando en realidad están reportando cada movimiento inusual con la esperanza de ganarse un ascenso.

“Hay uno al que le dicen La Canica; en la zona es conocido portiene unos ojos grises como de canica y anda cobrando la extorsión para hacer méritos y volverse jefe; imagínate que hay compañeros que le tienen terror y mejor le dan la vuelta cuando se lo encuentran en la calle… dicen que tiene 13 años”.

Ejército de adolescent­es

Es la generación Z que reemplaza a los millennial­s del cártel capitalino y, a diferencia de la vieja guardia que veía a la criminalid­ad como una vía para escapar de la pobreza, los nuevos capitanes tienen dinero suficiente para vivir con las comodidade­s de la clase media; no obstante, quieren tener los símbolos del éxito en tiempo récord.

“Con los nuevos capitanes no funcionan los programas sociales, lasbecases­colares,todasesasc­osas quepresume­elgobierno;acálosjefe­s de la Unión Tepito que tienen 20 años tienen dinero suficiente paracomerb­ien,iralaescue­la,vestir bien, pero quieren otras cosas: ser temidos, ser admirados... el poderporel­podermismo”.

Un ejemplo de esa nueva generación es El Tomate, también capitán en la Unión Tepito, peso pesado y ubicado solo un peldaño abajo de El Chori en la estructura criminal del cártel, detenido el sábado pasado.

Los mandos que diseñaron el operativo se dieron cuenta de que la mayoría de quienes lo rodeaban no superaban los 25 años; algunos incluso tienen la edad para cursar la secundaria.

Otro liderazgo del cártel capitalino que fue detenido horas después de la caída de El Chori es un subordinad­o a El Lunares conocido como El M24 o Monstruo de la Unión, quien tenía a su mando a su propio brazo armado conocido como Los Orejones.

Entre ellos, hay uno que es conocido en las pesquisas policiales como El Monstruito, quien puede quedar al frente de ese grupo que opera también en la zona centro de la alcaldía Cuauhtémoc; tiene apenas 19 años y es el terror en la zona de Mixcalco.

“Esta nueva generación está más dispuesta a hacer tratos con los cárteles grandes porque eso les da más poder”, asegura el primer mando policial de este texto, quien prefiere tener apagado su teléfono mientras conversa por miedo a ser escuchado por el cártel capitalino.

Los nuevos suelen estar más abiertos a alianzas, por ejemplo, con el cártel de Sinaloa o el Jalisco Nueva Generación.

La generación Z cree que la marca Unión Tepito es demasiado local o está devaluada frente a otras franquicia­s que son lideradas por criminales de talla global como Ismael El Mayo Zambada o Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.

“Esto nos preocupa porque hasta ahora son facciones enfrentada­s, pero ¿qué pasaría si la nueva generación de Tepito se une a la nueva generación del cártel Jalisco?”, dice el mando que participó en agosto de 2018 en la detención de El Betito. La hidra ha perdido las cabezas

_ criminales más veteranas; nace una nueva que, como adolescent­e incorregib­le,esvolublee­inestable. Unapesadil­laparacual­quiermando­policial,inclusopar­alosquetie­nen mayor experienci­a.

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