Hipocresía política
La presencia del dinero sucio en las campañas políticas en este país siempre ha existido, y quien diga lo contrario es pura hipocresía y doble moral. Es un secreto a voces que ninguna autoridad ha podido controlar este fenómeno, pues el manejo del efectivo en tiempos electorales ha sido la solución a los topes que marcan las leyes electorales en este país.
En los Estados Unidos siempre ha estado regulada la participación de los sponsors y los montos a entregar a un candidato o partido, de tal manera que el gobierno federal puede fiscalizar desde el inicio cada una de las aportaciones.
El caso de México es diferente, pues la legislación impide ese tipo de ingresos de manera transparente, por lo que nadie quiere aparecer apoyando a tal o cual aspirante, y los que tienen mucho dinero patrocinan a los dos principales punteros para no fallar.
A nivel nacional se necesitan miles de millones de pesos para llegar hasta el último rincón, y eso lo vemos en todos los contendientes. El caso de Morena es igual o peor porque están utilizando recursos públicos obtenidos ilícitamente, sin que hayan actuado en contra de alguien como por ejemplo el famoso señor de las ligas.
En tiempos del extinto gobernador Rafael Moreno Valle, algunos de sus más cercanos colaboradores aseguraban que para hacer una campaña estatal de alto nivel se necesitaban al menos mil 500 millones de pesos. Eran los tiempos de abundancia y tal vez por eso manejaban esas cifras.
Aunque hoy nadie lo quiera admitir y menos públicamente, es probable que esa cifra sea mayor por el simple efecto inflacionario. Los colores dominantes han cambiado y eso nos lleva a pensar que por ningún motivo lo van a declarar, porque la realidad se oculta para empatarla con el discurso.
En Puebla la competencia entre las dos principales coaliciones es feroz, y seguramente deberán invertir grandes cantidades de dinero si quieren ganar la contienda del próximo domingo 2 de junio.
El problema es qué tan comprometidoquedaráquienresultetriunfadorenla elección a gobernador, porque en la medida que llegue atado de manos por los múltiples acuerdos, será imposible cumplir las promesas a los poblanos y tampoco a quienes apostaron por ellos.
Autoridades no han podido controlar los topes de campaña