El deportador en jefe
En los ocho años que duró la la administración de Barack Obama, cerca de 2.8 millones de mexicanos fueron repatriados desde Estados Unidos, de acuerdo con cifras proporcionadas por la cancillería.
El número forma parte de los más de 4 millones de deportaciones realizadas en ese periodo. Una cifra récord para cualquier presidente estadunidense.
La aprobación de la reforma de salud al principio de su mandato dejó a Obama sin el capital político necesario para avanzar su agenda migratoria en el Congreso. El joven presidente apostó todo por lo que veía como su legado y dejó pendiente la promesa de regularizar la situación de millones de indocumentados.
Hoy el llamado Obamacare está a punto de desaparecer en un Congreso controlado por los republicanos, mientras el destino de esos inmigrantes quedó en manos de Trump.
Obama decidió intensificar la seguridad en la frontera y las redadas migratorias alrededor del país para obtener un mayor apoyo de los republicanos.
Sin embargo, lo que hizo fue construir la maquinaria para la expulsión de inmigrantes que hoy controla su sucesor.
Esta semana vimos cómo el alcance de las redadas de la agencia migratoria ICE se extiende mucho más allá de los indocumentados con antecedentes criminales. La red alcanza a familias, víctimas de abuso doméstico y al menos un joven soñador con permiso de trabajo.
La persecución de la comunidad indocumentada es real y parece apenas el comienzo de un esfuerzo diseñado para limitar la llegada de extranjeros a Estados Unidos. Con o sin papeles.