Acciones de Toshiba se desploman al mínimo
La autoridad japonesa cuestiona en público si la gobernanza funciona en el corporativo
El miércoles las acciones de Toshiba se desplomaron hasta 13 por ciento mientras se esforzaba para convencer a los bancos de ampliar una exención de incumplimiento de préstamos, en medio de los temores de que pudieran retirar de la Bolsa de Valores de Tokio uno de los nombres industriales más importantes de Japón.
En medio de nuevas acusaciones de fallo de administración, fricciones con los auditores y posibles irregularidades contables, las acciones de Toshiba cayeron a un nuevo mínimo cuando Kazutoshi Inano, presidente de la Japan Securities and Dealers Association, cuestionó públicamente si Toshiba “tenía una gobernanza en funcionamiento”.
El miércoles Toshiba pidió una nueva exención para un incumplimiento de un convenio de crédito de sus bancos, las cuatro financieras nacionales, que en conjunto le prestaron a la compañía alrededor de 600 mil millones de yenes, y docenas de otros bancos regionales y patrimoniales.
A finales de diciembre, cuando surgió el tamaño de los problemas de Toshiba, la compañía le pidió a ese grupo de bancos un mes de exención, que se le otorgó en enero. Los bancos tendrán la opción de reclamar anticipadamente si la degradación de la calificación crediticia coloca a la empresa en violación de los convenios.
Después de lo que los participantes describieron como un “feroz interrogatorio” a Toshiba el miércoles, esto ahora se extendió a marzo. Mizuho, que es el segundo mayor prestamista de Toshiba, dijo en un comunicado que “apoyaría a Toshiba lo más posible”.
Los principales prestamistas de la compañía dicen que los banqueros involucrados en la situación consideran actualmente la degradación de la condición de Toshiba como solicitante de crédito.
Los inversionistas de Toshiba advirtieron que se vuelve más difícil para la compañía presentar un argumento convincente de que tiene en marcha un plan de recuperación viable. Una de las pruebas más severas puede llegar en marzo, cuando la Bolsa de Valores de Tokio, que ubicó a Toshiba en “acciones en alerta” desde su escándalo contable de mil 300 millones de dólares en 2015, decida si la compañía mejoró sus controles internos.
“Antes pensaba que la exclusión de la bolsa era una posibilidad, pero con base en el caos que vimos ayer, ahora creo que es una probabilidad y que esa probabilidad aumenta todos los días. El reloj está en marcha y todo sugiere que los problemas son mucho peores de lo que pensábamos en enero”, dijo el estratega de capitales de Jefferies en Japón, Zuhair Khan.
A medida que se intensifica la presión sobre la compañía para apuntalar su balance, Toshiba dijo a principios de esta semana que considera la venta de su operación Westinghouse en Estados Unidos que llevó a una depreciación de 6 mil millones de dólares (mdd).
El martes, Toshiba dijo que estaría abierto a vender una participación mayoritaria en el negocio de chips de memoria NAND, su operación más rentable y una de las pocas fuentes de crecimiento a gran escala.
El grupo pidió una nueva exención para un incumplimiento de su convenio de crédito