NIÑOS DE TAMPICO NO OCULTAN SU TEMOR POR LA INSEGURIDAD
La Sesión de Cabildo Infantil sirvió de foro para el sentir de la inocencia
Los niños tienen la percepción de que viven en una ciudad insegura, a tal grado de utilizar palabras que son consideradas fuertes y que no deberían ser de su conocimiento como el secuestro, por el impacto social que representa en un estado como Tamaulipas.
Este miércoles los niños de primarias de Tampico fueron parte de la primer sesión de Cabildo Infantil, es decir, hubo quien representó a la alcaldesa, secretaria, síndicos y regidores, que en muchos momentos se vieron más participativos e inquietos que los ediles verdaderos.
El tema de la primera sesión de Cabildo fue el calentamiento global, según el script que tenían preparado y cada uno de ellos habló y argumentó sobre la importancia de la ecología en su entorno, en su ciudad.
Sin embargo, cuando la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra les preguntó a los integrantes del Cabildo infantil qué opinaban del gobierno actual, varios levantaron sus brazos y hablaron de lo que ven en sus colonias y lo que se ha avanzado.
Alex David Ramos, representó al Síndico Primero durante la sesión, habló sobre el trabajo que el área de Turismo y Servicios Públicos han realizado en una zona por la que diariamente pasa, que es la “Isleta Pérez”, que está pegada al río Pánuco.
Pero, el niño no aguantó y dijo que “había temor por la inseguridad, de ir caminando por la calle y que me asalten o que me secuestren”, casi de inmediato, un murmullo se oyó en la sala de Cabildo que estaba repleta.
Luego otro niño levantó la mano, se trató de Humberto Adolfo Cantú, quien recordó los incidentes violentos que a él le tocó vivir como habitante de Tampico, al menos los más recientes que fueron en 2014.
“Sabemos que cada vez que se acerca la Semana Santa vienen la balaceras y eso”, expuso el menor de edad ante la mirada de sorpresa de los asistentes, que se quedaron helados ante la opinión más pura que puede existir.
La sesión de Cabildo continuó y la alcaldesa reconoció la sinceridad de los niños, por lo que les dijo que sí, es una realidad.