Implantan dispositivo para controlar la incontinencia
Por primera vez en México se colocó a una paciente de 27 años un artefacto que le permite controlar las esfínteres al oprimir botones para ir al baño
Médicos del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) colocaron, por primera vez en México, el Estimulador de Raíces Sacras Anteriores (SARS, por su sigla en inglés); a una paciente de 27 años diagnosticada con “vejiga neurogénica”.
La operación, que antes solo se había realizado en Colombia y Chile, fue efectuada por un equipo de especialistas encabezado por el titular del servicio de Neurourología, Sergio Durán Ortiz, quien explicó que en este tipo de problema “existe un padecimiento neurológico con lesión medular, los nervios de la vejiga se alteran y no hay un vaciado correcto”. En conferencia de prensa, el experto explicó que las lesiones medulares graves “afectan los sistemas de regulación de intestino, vejiga, respiración, ritmo cardiaco y presión arterial”.
La vejiga afectada no solo repercute en quien la padece, sino en su familia, ya que a los afectados se les suele colocar una sonda que hace más difícil su cuidado y puede causar complicaciones. “El SARS puede vaciar la vejiga mucho mejor. Actualmente este tipo de pacientes usan una sonda conectada a una bolsa, pero con el SARS se restablece esa capacidad para poder vaciar la vejiga”.
La sonda para descargar la orina “resulta antihigiénica y molesta; el cateterismo intermitente consiste en vaciarla regularmente, pero invasivo y requiere de entrenamiento”.
El especialista explicó que el SARS “es un dispositivo conectado a los nervios que controlan la vejiga, un neuroestimulador subcutáneo”, que se implanta en la parte baja de la columna.
El artefacto cuenta con tres botones: “Si el paciente aprieta el botón 1, surge una orina voluntaria, si aprieta el número 2, genera la evacuación intestinal, que es otro problema con lesión medular, y el tercero —para varones— genera una erección, pues también surgen problemas de impotencia”, detalló. Hace 10 años Teresita sufrió un accidente automovilístico que le afectó “hasta en un ciento por ciento la columna vertebral”, además de que perdió la movilidad del cuello hacia abajo, explicó su padre, Armando García Carmona.
Ella tenía 17 años cuando ocurrió un accidente en un viaje a Oaxaca; la lesión le afectó columna y cervicales. La primera atención médica la llevó a la colocación de una sonda, “pues perdió el control de esfínteres”.
El peregrinar familiar alcanzó la visita de cuatro hospitales en Oaxaca, Puebla, Guadalajara y Ciudad de México. “En Puebla tuvo dos cirugías para fijar la columna; posteriormente tuvo otra con el mismo propósito”.
Pero la paciente no quedaba bien, hasta que la canalizaron al INR, donde lleva cinco años en tratamiento. Fue en agosto de 2016 cuando, después de varios estudios, resultó candidata a la colocación del SARS y se efectuó la intervención quirúrgica.
Sentada en su silla de ruedas, la joven de origen oaxaqueño señaló a MILENIO: “Por primera vez en 10 años siento que tengo posibilidades de hacer lo que quiera, ya tengo opciones, antes solo estaba acostada en la cama y ahora puedo pensar en qué hacer”.
Se le subía constantemente la presión y tenía que estar acostada. Al concluir su bachillerato, “aunque tenía que salirme de clases a cada rato no había continuidad a mi vida”, recordó.
Con el dispositivo se prepara para iniciar la universidad. “Me siento de maravilla... ya me había resignado a tener mi sonda toda la vida”, dijo tras comentar que ella misma se enteró de la existencia del SARS por un amigo.
Actualmente el INR tiene tres pacientes bajo estudio que pueden ser candidatos a recibir el implante. Durán Ortiz afirmó que, como toda tecnología innovadora, el costo resulta elevado; aunque no precisó el monto. No obstante, el papá de Teresita dijo que el pago no es alto al tomar en cuenta la calidad de vida que recuperó su hija.