Señor Mancera, no es el sistema, son ustedes
Hace un par de días Miguel Ángel Man- cera lanzó una especie de llamado de auxilio a la Conago para que se modifique el nuevo Sistema de Justicia Penal.
Como lo ha venido haciendo desde hace unos meses, insistió en culpar al nuevo Sistema de Justicia Penal del incremento de delitos en la ciudad.
Se quejó, por ejemplo, porque alguien que robó un reloj no se pudre en la cárcel.
En marzo había sido más directo: “Hay un incremento (de delitos) que obedece a que tenemos (libres a) muchas más personas que antes estaban en prisión, ése es un factor que se tiene que analizar, pero es (a escala) nacional. Hoy la Ciudad de México tiene fuera a 12 mil o más personas que estaban en prisión preventiva o compurgando alguna pena”.
Ah, los pretextos. El sistema, señor Mancera, tuvo ocho años para imple- mentarse, usted era procurador en ese tiempo. Cierto, el sistema exige más a policías, investigadores y ministerios públicos. Exige que hagan su trabajo, que investiguen, que no inventen delitos, que los prueben frente a un juez.
Sí, el sistema pretende que no haya en las cárceles personas por delitos menores o que en las prisiones la mitad sean procesados, es decir, inocentes hasta ese momento.
Sí, señor Mancera, proceso civilizatorio que se llama.
El problema, pues, tal vez no está en el sistema sino en lo que los gobiernos hacen.
Ayer, por ejemplo, Miguel Ángel Osorio Chong sugirió cuatro ejes. Lo cito:
Primero. El fortalecimiento de las policías locales. Para lo cual se les debe capacitar y también dignificar en su labor; para que cuenten todas y todos ellos con las herramientas y habilidades que necesitan para su buen desempeño.
Segundo. Fortalecer los mecanismos alternativos de solución de controversias… porque nos permiten ir más allá de una justicia estrictamente punitiva, para instaurar un paradigma conciliatorio, que repare el tejido social.
Tercero. Consolidar la atención a víctimas. Y cuarto. La creación de las Unidades de Medidas Cautelares y Suspensión Condicional del Proceso. Para evitar la saturación de los sistemas penitenciarios y para que la prisión preventiva solo se aplique en los casos que realmente lo ameritan.
¿Cómo va en estas cuatro Ciudad de México, señor Mancera?
Digo, antes de regresar al sistema por el de antes, el de las confesiones forzadas, los procesos de años, los inocentes que llenan las cárceles.