Milenio Tamaulipas

PRI: estructura, tiempos y formas del siglo pasado

Los viejos sueños eran buenos, los futuros son mejores, pero hay que soñarlos. Florestán

- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA

Apenas ayer le contaba que el PRI tiene que sacudir su pereza para poder competir, no solo participar, en las elecciones presidenci­ales de 2018 y, agregaría, en las del Estado de México del próximo día 4.

Y cuando digo desperezar­se, es porque estamos ante un esquema de principios del siglo pasado, con ideas, y a veces protagonis­tas, de mediados de entonces, para una realidad del siglo XXI, formas que ya no dan, no les alcanzan.

Le comentaba, a modo de ejemplo, que Claudia Ruiz Massieu fue designada secretaria general de su Comité Ejecutivo Nacional en enero, y pudo protestar en mayo.

Lo mismo ocurrió con la expulsión de Humberto Moreira, a quien el año pasado le suspendier­on sus derechos partidario­s y fue hasta abril que lo expulsaron, y no por sus antecedent­es priistas, sino por haber sido postulado por otro partido, el Joven, como candidato a diputado local al Congreso de Coahuila, estado en el que su sucesor, y antecesor de su hermano Rubén, Juan Jorge Torres López, es prófugo de la justicia en Estados Unidos, como lo es Javier Villarreal, su tesorero.

Hoy el PRI, en la era de internet y las redes, sigue con las formas y los tiempos del siglo pasado y por eso resultados y consecuenc­ias. Elige a sus candidatos con la misma métrica presidenci­al de la primera mitad del siglo XX y algunos siguen viendo al país desde ese distante mirador, incapaces de modernizar­se, de ponerse al día, por lo que ha sido rebasado, luego de ignorar la escisión provocada por Cuauhtémoc Cárdenas desde 1987 y la derrota electoral de 2000 que lo sacó de Los Pinos, después de que en 1997 perdiera su mayoría histórica en el Congreso.

En fin, que lo que quiero apuntar es que esa falta de aggiorname­nto ha llevado al PRI a esta crisis de representa­tividad y eficacia, a pesar de haber recuperado la Presidenci­a de la República en 2012, pero no por el partido, sino por su candidato, entonces Enrique Peña Nieto, lo que parecen no entender y seguir aferrados a estructura­s, formas y tiempos del siglo pasado.

Retales

1. Reunión. El sábado comieron los secretario­s de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, que fue el anfitrión; de Defensa, Salvador Cienfuegos; Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong; el comisionad­o de seguridad, Renato Sales, y el director del Cisen, Carlos Ímaz con el titular de Salud, José Narro;

2. Otra. Y el domingo cenaron en su casa de Mérida, el senador Emilio Gamboa y el presidente Enrique Peña Nieto. El yucateco es uno de sus más cercanos; y

3. Nada. Juan Zepeda no declinará por Delfina Gómez en el Estado de México, como lo planteó el ultimátum de Andrés Manuel López Obrador,

ahora o nunca. Declinar es rendirse. ¿Por qué no se planteó antes una alianza Morena-PRD? Porque entonces no le daban una oportunida­d al perredista, todas eran para la ex alcaldesa de Texcoco. M

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