Milenio Tamaulipas

¿Ustedes aún van al cine?

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

Este es un mensaje para todos aquellos que creen que porque compraron el derecho a un sillón reclinable por dos horas y media (tres, si cuentan anuncios y cortos), nadie se va a dar cuenta que están usando su celular durante la función a la que hayan decidido ir en el cine. Mismo mensaje aplica para los que compraron un asiento normal. Pero es más difícil decirle eso a alguien en una sala “de lujo”, cuando los meseros llegan casi a la mitad de la película con sus gigantes tabletas prendidas a todo lo que da, para entregar la comida que tenía que haber llegado antes de que se estuviera planteando el gran conflicto de la cinta. Problemas estúpidos, dirían mis amigas, y tienen razón. Pero falta absoluta conciencia.

Todo esto porque no podía parar de reír al escuchar sobre la demanda del tipo que invitó a una mujer a ver Guardianes de

la Galaxia II, y quien la demandó por no dejar de usar su teléfono para mandar y responder mensajes de texto durante toda la función. La demanda, me parece, fue por casi 18 dólares, pero lo encantador fue que cuando James Gunn, el director de la cinta se enteró, no solo apoyó a la “víctima”, sino que exigía que cumpliera una sentencia en la cárcel.

Es broma, pero no. El cine está perdiendo rápidament­e a su audiencia por muchísimos problemas que no se pueden controlar. La ironía, por ejemplo, de que una película de piratas antiguos haya sido secuestrad­a por un grupo de piratas modernos no está perdida. Que habrá muchos que consumiría­n el producto robado, solo es prueba de que a pocos les importa el trabajo de los demás.

Y luego está el muy legítimo tema de ¿por qué me tengo que aguantar a toda esta bola de patanes que les vale prenderme una luz en la oscuridad cuando estoy concentrán­dome en la pantalla? ¿Tengo Netflix no? ¿Saben que están haciendo ya en Estados Unidos? Unos promos donde, por ejemplo, Goldie Hawn y Amy Schumer le hablan al público y le dicen a la gente que muchas gracias, que a pesar de todos los inconvenie­ntes, están viendo su película en esa sala, en este momento en particular.

Pero la ventana de los tres meses (entre un estreno en el cine y la reproducci­ón de todos los demás modos de una producción) se está cerrando y cada vez más rápido. Se está tratando de combatir con decisiones como la que tomó el festival de Cannes (hoy inició), donde ya no permitirán produccion­es de cómo las de Netflix que no tuvieron estreno comercial en las salas.

Pero al mismo tiempo el mismo Netflix, estrenará su cinta War Machine, con Brad Pitt solo el tiempo suficiente en cines para que esté disponible para el Oscar. Y al mismo tiempo que en streaming.

Así que la próxima vez que quieran sacar su teléfono en la sala de cine, pues no sé. Piensen en un mundo en el que ya no hay un solo espacio donde se puede suspender la realidad por completo un solo rato. Una a la que a todo se le puede poner pausa con tal de aventar el emoji perfecto en el instante preciso. Piensen si van a extrañar ir al cine. Espero que no ganen los malos y peor aún, los indiferent­es.

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ESPECIAL Y REUTERS
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