Acotada negociación del Tlcan
Wilbur Ross, secretario de Co- mercio de EU, no firmó la carta de notificación enviada ayer al Congreso sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan); lo hizo Robert E. Lighthizer, el representante comercial (US Trade).
Es un solo texto para cuatro destinatarios:
Charles E. Schumer, líder demócrata en el Senado; Orrin Hatch, presidente pro tempore del Senado; Paul Ryan, vocero de la Cámara de Representantes, y Nancy
Pelosi, líder demócrata en esa cámara. Pero sí un elemento que hace diferencia. Los comentarios sobre el tema de los negociadores designados por Donald
Trump. Ross afirmó que desde la firma del Tlcan la industria manufacturera de EU se diezmó y que el desempleo se aceleró. “Trump va a cambiar eso”.
Ross se convertirá en el negociador político del Tlcan, en el golpeador.
Lighthizer será el técnico de la renegociación. Dijo que el objetivo será crear un acuerdo que favorezca los intereses de trabajadores para mejorar sus salarios; de agricultores, ganaderos y empresas, y para el crecimiento de la economía con la mejora de oportunidades comerciales con Canadá y México.
Las negociaciones no comenzarán antes del 16 de agosto y habrá una convocatoria a través del Registro Federal, algo similar al Diario Oficial de México, para que los estadunidenses en general puedan opinar.
En la carta enviada al Congreso se esbozan los temas a discutir y se incluyen algunos de los que aquí le adelanté: comercio digital, derechos de propiedad
intelectual, prácticas regulatorias, empresas de Estado que dominan mercados, procedimientos aduaneros, servicios, reglas sanitarias y fitosanitarias, trabajo, medio ambiente, rendición de cuentas y pequeñas y medianas empresas.
No se menciona que las negociaciones serán bilaterales. Tampoco se amenaza con salir del Tlcan. Son señales políticas positivas.
Moisés Kalach, jefe de la negociación por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), me comentó desde Washington que sí es viable negociar con base en lo acordado en el malogrado Acuerdo Transpacífico (TPP). “Vamos por una negociación acotada, no de todo, para fortalecer la credibilidad, evitar nerviosismo en los mercados financieros y dar certeza a la negociación”.