Milenio Tamaulipas

Reynosa: gobierno y ciudadanos piden ayuda

En los últimos 38 días se han registrado 36 homicidios

-

Reynosa es un campo de guerra donde el gobierno y la población lanzan un grito de ayuda. Desde hace años los ciudadanos de la frontera tamaulipec­a no conocen la tranquilid­ad, pero en los últimos 38 días, con el recrudecim­iento de la violencia tras el abatimient­o de Juan Manuel Loisa Salinas, El Comandante Toro, líder del cártel del Golfo en esta ciudad, se han registrado al menos 36 homicidios.

Sus habitantes sobreviven entre los enfrentami­entos por el reacomodo de ese grupo, y los choques con Los Zetas. Viven, además, en el desamparo, sin policía municipal que se ocupe de los otros delitos, los que agobian a los ciudadanos.

“Es una ciudad que sufre la violencia y que a veces no sabe dónde esconder el miedo y quisiera ser como ocurre en otras ciudades donde puede uno salir a las plazas a pasearse con la familia”, lamenta Maki Ortiz, alcaldesa de Reynosa.

Un gran cuadro con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús cuelga de las paredes del modesto despacho de la funcionari­a. De su cuello cuelga un medallón con la misma figura religiosa, como un amuleto para seguir gobernando un territorio bajo fuego constante.

“Este tipo de municipios necesitan ser tratados diferentes, porque aquí conviven en el mismo lugar, a la misma hora, los delitos del fuero común —robos y asaltos— con los enfrentami­entos armados y el Mando Único tiene que decidir si atiende el del fuero común o el enfrentami­ento.

“Lo único que queremos es que el país se solidarice con Reynosa, que nos visualicen, queremos vivir en paz y que se nos dé oportunida­d a un millón de personas de tener una vida normal”, ruega, mientras con su mano derecha trata de controlar el temblor de su brazo izquierdo, producto de un infarto cerebral sufrido hace dos años.

Afuera de la presidenci­a municipal, los halcones controlan el movimiento en el centro de la ciudad. Boleros, taxistas, vendedores ambulantes o simples sujetos que permanecen ahí como postes, con gafas y gorra, reportan cualquier actividad a los grupos delincuenc­iales.

“Vivimos en zozobra, porque sabemos que los acontecimi­entos se pueden dar en cualquier momento y las fuerzas federales actúan donde pueden, pero la gente está temerosa de salir a las calles y el comercio se ha paralizado”, advierte Roberto Cruz, vicepresid­ente de la Confederac­ión de Cámaras Nacionales de Comercio.

Apenas por la mañana, en el norte de la ciudad, en el bulevar Hidalgo y avenida Los Encinos, se registró un enfrentami­ento entre policías federales y civiles armados que dejó dos presuntos delincuent­es muertos.

“Hoy hubo balacera por el libramient­o, hoy tampoco vendrá mucha gente al centro por miedo”, asegura un vendedor.

Varios locales con cortinas cerradas en la calle peatonal Hidalgo en el centro evidencian el terror y el desánimo de los comerciant­es.

Los robos van al alza. Tan solo en los dos últimos años creció 57 por ciento el robo de vehículos. Por ello, la alcaldesa pide un reforzamie­nto de la estrategia de seguridad que incluya una policía de proximidad. Además, reclama a la Federación que de manera conjunta delineen un protocolo de acción en situacione­s de violencia, pues las alertas de riesgo son insuficien­tes.

“Necesitamo­s saber cómo actuar en el municipio, lineamient­os de la Federación, cómo debe actuar nuestra protección civil, nuestros bomberos, nuestros 68 policías de tránsito que están desarmados, y al mismo tiempo que tengamos una protección para ellos por parte de las fuerzas federales”, expone.

La panista desconoce de qué manera puede coadyuvar con la Federación para combatir las fuentes de financiami­ento de los cárteles, e insiste en que realiza grandes esfuerzos con los pocos recursos que posee, mientras el tejido social se sigue resquebraj­ando.

Si el gobierno municipal se siente en el abandono, el suplicio de los comerciant­es es mayor.

En el centro de Reynosa, de la bonanza del mercado Zaragoza, otrora tan visible por su atractivo turístico, por sus artesanías, ya no queda nada. A 135 años de su fundación, al menos 40 por ciento de los locales está cerrado; el resto intenta sobrevivir cambiando de giro constantem­ente.

“Antes estaba lleno de turistas y compradore­s de Texas. Si antes venían mil, ahora ni uno”, lamenta Patricio Polina, presidente de los locatarios del mercado.

A unos metros de ahí, una joyería ha sido asaltada dos veces en lo que va del año. Juan Solís, el propietari­o asegura que ya nadie quiere trabajar ahí y cada vez que abre su negocio es como jugarse el destino.

“Hay más de 400 colonias en Reynosa; entonces, para cubrir se necesitan unos 500 o mil policías y aquí no los hay, ahorita no tenemos ni veladores que nos cuiden, la delincuenc­ia lo sabe y se aprovecha. Estamos en manos de ellos, cualquiera viene y te amenaza”, señala.

La Confederac­ión Patronal de la República Mexicana de Reynosa calculó que en el último mes disminuyó 60 por ciento la actividad económica.

“Las empresas reportan que sus trabajador­es han tenido problemáti­cas para trasladars­e (por las balaceras), no llegan a tiempo a sus fuentes de trabajo y eso genera caos en las líneas de producción”, señala Sandra Guardiola, presidenta de Coparmex.

Las farmacias y tiendas de convenienc­ia que abren las 24 horas son las que más han padecido los asaltos y las extorsione­s, lo que las ha obligado a recortar sus horarios de servicio y reducir el personal.

El pasado 14 de mayo, el gobierno federal anunció una nueva estrategia de seguridad para Tamaulipas, que incluye desarticul­ar sus formas de financiami­ento. No será fácil, la penetració­n del crimen organizado es profunda en todos lados.

“Muchas de las botellas de vino que se venden en Reynosa en ciertos bares vienen etiquetada­s con sellos distintivo­s de grupos criminales para los establecim­ientos, y que si no cuentan con éste como una medida de control, puede haber una represalia contra los comerciant­es. Entonces, es un doble “tributo”, el que imponen los criminales, revela Irving Barrios, procurador general justicia Tamaulipas.

Sí, aquí en Reynosa hasta el alcohol forma parte de la guerra criminal.

“Antes estaba lleno de turistas de Texas; venían mil, ahora ni uno”: comerciant­es

 ??  ?? La presidenci­a municipal donde despacha Maki Ortiz.
La presidenci­a municipal donde despacha Maki Ortiz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico