“Nadar en aguas abiertas, experiencia agotadora”
El deportivismo de su padre Mauro Alanís le impulsa a lograr retos que le han llenado de satisfacción dentro de la natación sobre la mar
Jesús Alanís Pacheco, ha logrado una de sus metas en la vida, competir en el Torneo de Aguas Abiertas en la Ciudad de Cancún denominado “El Cruce” en una distancia de diez kilómetros, participación que le ha dejado muchas satisfacciones, la primera honrar a su padre el tres veces olímpico Mauro Alanís González, su primera motivación a seguir por la senda heredada, la del deporte.
De entrada, la plática con el atleta Máster, inicia con un nudo en la garganta, con voz entre cortada pues un año antes se agenció una medalla al participar en Acapulco “primero nadé un kilómetro y después me inscribí en el de cinco y en las dos me dieron medalla, cuando llegué a casa lo primero que hice fue mostrárselas, pero mi papá ya tenía el fuerte dolor en la cabeza… y a los tres días falleció.”
Pasado el tiempo, se vino la oportunidad de asistir a Cancún para nadar diez kilómetros “me inscribí, fui y fue una experiencia inolvidable; había mucha corriente, muchas olas, incluso me llamaron la atención por abrirme más de la ruta, pero es que la corriente ya nos estaba llevando para otro lado. Todo mundo decimos que nadamos más de diez kilómetros porque la corriente nos arrastró. Todo estaba muy bien, mucha seguridad en los primeros kilómetros pero ya por ahí del kilómetro siete me sentí solo, no veía a nadie, ni la tierra, incluso nos dieron un silbato para en caso de que nos por alguna emergencia pero, cómo nos escucharían si no veía a nadie, ni un kayak, ni un barco, nadie cerca, no se veía nada”.
Comenta Jesús que ya por terminar la prueba, empezó a sentir cansancio, el cuerpo empieza a sufrir estragos por la nadada “sentí poca fuerza, pero, primeramente le pedí a Dios que me diera fuerza para llegar, pero vas pensando y se viene a la mente mi papá, porque antes de irme a Cancín fui al cementerio para decirle que iba a ir a competir a Cancún. Yo no sé en dónde esté el pero le dije que estuviera conmigo y que me diera fuerzas. Yo nadando y le decía ´hay apá, usted nunca se rindió, usted fue fuerte y yo tengo qué poder y eso me animó mucho a seguir”.
A “El Cruce” asistieron más de dos mil nadadores de toda la república mexicana y Jesús Alanís, llegó en la posición 470 en la general y en su categoría fue 47. “La verdad no es nada lo que yo logré porque mi padre fue a Olimpiadas a Mundiales, nunca me compararé con él, pero lo que se siente competir, eso sí lo experimenté. Yo, hubiera querido que aún estuviera conmigo para platicarle”.
Las medallas ganadas fueron dedicadas a la memoria para Mauro Alanís. “En mi casa hay una foto de mi padre, cuando llegué de regreso le mostré mi medalla… primero abracé a mi mamá, pero a mi papá siempre lo traigo en la mente”.
Alanís Pacheco, también comentó sobre su gusto de practicar la natación en aguas abiertas, en donde es instruido por el profesor Hugo Rivera y ya cuenta con cinco años de experiencia. “Estoy en un grupo que va iniciando, nos pusimos de acuerdo para empezar a nadar, ese grupo ya creció. Tengo como cinco años entrenando, la natación siempre me ha gustado pero mi papá quería que yo fuera pesista, y si entrené con él. En el año 2000 empecé a nadar, dure como un año y luego me retiré pero ahorita estoy entregado, me siento mal si no vengo un día a entrenar”.