Países del Golfo Pérsico rompen con Catar
Arabia Saudita y sus aliados rompieron relaciones diplomáticas con Catar, al que acusan de apoyar al “terrorismo”, abriendo así una grave crisis diplomática en Oriente Medio. Catar, un pequeño emirato rico en hidrocarburos, rechazó la decisión “injustificada” y “sin fundamento”, y denunció que busca “poner al Estado [de Catar] bajo tutela” y asfixiarlo económicamente.
La crisis se da dos semanas después de una visita a Riad del presidente estadunidense Donald Trump, en la que exhortó a árabes y musulmanes a movilizarse contra el extremismo.
Arabia Saudita, Baréin y Emiratos —a los que se sumó Egipto— también cerraron los espacios aéreos y los accesos terrestres y marítimos y prohibieron viajar a Catar a sus ciudadanos, vetando la entrada de cataríes a sus territorios.
Ayer, Egipto y seis aerolíneas del Golfo Arábigo suspendieron sus vuelos hacia Doha, y la compañía Qatar Airways se verá obligada a alargar sus numerosas rutas hacia Europa y América tras el cierre del espacio aéreo saudí.
La cancillería catarí rechazó las acusaciones y alegó que “no interfiere en los asuntos ajenos” y “lucha contra el terrorismo y el yihadismo”. Catar fue uno de los principales apoyos del ex presidente islamista egipcio Mohamed Mursi, derrocado en 2013 por el ex jefe de las fuerzas armadas y actual presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi. Desde entonces ambos países mantienen relaciones muy tensas.
La decisión provocó una reacción comedida de Washington -a la vez aliado de Riad y de Dohaque invitó a los países del Golfo a permanecer “unidos”. EU tiene una gran base aérea en Al Udeid, donde están estacionados 10 mil de sus soldados.
En conversación telefónica con su par catarí, el canciller ruso Serguei Lavrov llamó al diálogo para afrontar “los desafíos sin precedentes, en especial la amenaza del terrorismo”.
Esta es la crisis más grave desde la creación en 1981 del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), formado por Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes, Kuwait, Omán y Catar. Este último ha ocupado siempre un lugar aparte en el CCG, siguiendo su propia política regional y afirmando su influencia a través del deporte, en especial con la organización del Mundial 2022 de futbol, y de los medios de comunicación, con Al Jazeera.